El pulso almado
Marcelo Díaz García
Ediciones Intrépidas, 2018
Ediciones
Intrépidas publica El
pulso almado,
del escultor y poeta Marcelo Díaz García (Villasequilla, Toledo,
1950), un volumen de artista, de esos que se ofrecen a la vista y al
tacto, donde los poemas dialogan con las ilustraciones de las piezas
labradas en madera por el autor afincado en Vila-real (Castellón),
veinticuatro composiciones líricas que ponen voz a las vetas de
otras tantas obras matéricas, contando el anverso y el reverso de la
pieza que figura en la cubierta, donde podemos apreciar el elemento
de color blanco que a modo de metáfora «en
sosiego»
se inserta casi en su
centro.
El
libro, de formato cuadrado y contratapas que reproducen la textura de
la madera pulida, y cuyo título alude al pulso del artista a la hora
de ejecutar su obra con el alma entre los dedos, se abre con un
extenso prólogo bilingüe, en catalán y en castellano, firmado por
Josep Anton Soldevila, que con el rótulo “Marcelo Díaz, el arte y
el conocimiento”, describe el impulso y la mirada de un artista
antidogmático, que se expresa con una radical libertad compositiva
sea cual sea la materia prima sobre la que elige trabajar, papel o
madera, pues tras cada palabra y su disposición en el poema, y tras
cada hendidura y su proporción en el leño, hay una idea que en su
conjunto forma un pensamiento crítico, un discurso verdadero.
Marcelo Díaz tiene la facultad de devolver la vida a lo que estaba
muerto y es que el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, es una
forma de resurrección.
Formas,
colores y texturas se entrelazan con los versos para desatar lo
atado, para hablar «aunque
no pronuncies»,
para ser lo que se ha sido y alcanzar el otro lado. Naturaleza y
ser son
los puntos de partida y de llegada del artista toledano, que por el
camino va creando belleza, formas líricas que se superponen para
generar un nuevo significado, en este sentido se podría decir que
Marcelo Díaz labra con la pluma y esculpe los poemas, dando lugar a
una poesía de tono vanguardista, casi rupturista y en apariencia
hermética, donde los vocablos se desplazan o dilatan su sentido con
la precisión de quien domina las técnicas con las que vuela «sobre
la tierra escrita con caminos / sobre el mar huido y mensajero».
En
definitiva, Marcelo Díaz nos ofrece una experiencia visual sobre un
fondo blanco, donde el negro de la palabra impresa y los diversos
tonos de marrón de la madera expuesta donan su mensaje: «La
vida es un instante infinito».
Gregorio
Muelas Bermúdez
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