martes, 21 de mayo de 2019

Los falsos días. Jesús Cárdenas

 
 


Los falsos días
Jesús Cárdenas
Editorial Alhulia, Salobreña, 2019
 
 
Jesús Cárdenas Sánchez (1973) publica su nuevo poemario, con el simbólico título Los falsos días, con el que consiguió ser finalista del XXXIII Certamen Andaluz de Poesía “Villa de Peligros”, en la prestigiosa colección “Palabras Mayores” de la granadina Editorial Alhulia.

Se trata del séptimo poemario del prolífico escritor sevillano, que viene publicando de forma casi ininterrumpida desde 2012, con La luz de entre los cipreses, donde el autor de Raíz olvido (2017) continua indagando en su personal estilo, solemne e inquisitivo, en constante búsqueda de “lo inefable”, nos encontramos pues con un libro maduro que articula su discurso en cinco grandes apartados, hecho común a otros poemarios del autor, que suele optar por esta estructura, con los significativos epígrafes: “Preludio a la realidad”, “Penumbras de la realidad”, “La realidad ardiendo”, “Los falsos días” y “Saber romperse”, precedidos por un poema en forma de prefacio que nos invita a entrar y cerrar la puerta: “Por aquí llegarás sediento a un territorio […] de donde ningún alma sale indemne”.

Jesús Cárdenas entiba su discurso con firmes citas, desde Francisco de Quevedo a Max Aub, pasando por su admirado Francisco Basallote, cual propileos que sostienen las cincuenta y ocho composiciones de ritmo imparisílabo que integran el libro, donde el autor demuestra su dominio de la forma sobre un fondo de versos náufragos, hechos de palabras que logran cruzar la noche silenciosa reteniendo su misterio. La “poesía es verdad” -dice- y es la mano del poeta la que “puede convertir en presencia la ausencia más sombría y desgarradora”.

Los temas son diversos y la manera de exponerlos tan personal como reveladora, desde la esencia de la escritura y la importancia de la palabra al paso del tiempo como “tren de sueños”, pero es el amor, y con él el anhelo del cuerpo y el placer insinuado, el eje transversal que motiva a Jesús Cárdenas a romper el verso para cruzar el río en brazos de su amada: “Sólo tú, me salvarás si yerra mi salto”. A destacar el guiño culturalista en poemas como “La fundición”, sobre un cuadro de Adolph Menzel, y “El retorno”, en recuerdo de la película homónima del ruso Andréi Zviáguintsev.

En definitiva, la voz de Jesús Cárdenas, clara, armónica, templada por la perseverancia de quien intuye su destino, nos invita a la “búsqueda ignota”, a la reflexión “lejos del tedio de cada día”, pues en “la tranquilidad de lo doméstico” se encuentra la belleza.
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez



domingo, 12 de mayo de 2019

Visiones del refugio azul. Anabel Úbeda Bernal

 
 


Visiones del refugio azul
Anabel Úbeda Bernal
Boria Ediciones, 2019
 
 
Visiones del refugio azul es la opera prima de Anabel Úbeda Bernal (Cartagena, 1994), antes la joven poeta había participado en la antología poética Siete menos veinticinco (Raspabook, 2017), coordinada por Antonio Marín Albalate. Publica Boria Ediciones, que dirige Luis Sánchez Martín, con ilustración de cubierta de Jesús Romero Toribio.

Tras un breve prólogo de Charo Serrano, el poemario se inicia con un “Preludio” que anticipa el tono y las partes del libro, que se divide en seis apartados, con los siguientes epígrafes: “Tránsito vigésimo”, “El pájaro caminante”, “Manos acompañantes”, “Hallazgos oníricos”, “Timbre y espejo” y “Encuentro”, donde cada uno es introducido por un poema en prosa que contiene su tesis y que la autora desarrolla en las cuatro o cinco composiciones que los integran.

En “Tránsito vigésimo”, Anabel Úbeda aborda el tema del amor “adolescente”, del despertar de la sexualidad al dolor de la infidelidad, pasando por las relaciones virtuales a través del blog o el chat, por donde la indolencia y la malquerencia acechan.

El pájaro caminante” es la metáfora del ave de alas rotas a la intemperie de los sueños frustrados o por cumplir, donde con cierta vocación de crítica social la poeta versifica diversas historias, como la de los músicos de Bremen, la visión del Guernica, los Felices Años 20 en “Charlestone” o las “falsas moradas” de “103 habitaciones” -de hoteles- lugar de “repostaje de sexo esporádico”.

Manos acompañantes” hace referencia al amor traducido en ese alguien que nos acompaña en el camino, aquí Anabel Úbeda hace gala de su capacidad onírica para componer poemas “que desarrollan su vuelo / sobre el agua inmortal / de salinas vírgenes”. Metapoesía y verso libre son el paradigma de un poemario que encuentra su vértice en “Bohemio”.

En “Hallazgos oníricos” encontramos tal vez a la mejor Anabel Úbeda, así los poemas “Inerte susurro de la creación” y “Descomposición del retrato de un guitarrista” suponen la madurez del estilo de la poeta murciana, que se confirma en el resto del libro, donde nos entrega su particular experiencia con la poesía, que le permite alcanzar la libertad.

El poemario se clausura con un “Epílogo” donde la poeta declara la bipolaridad del artista (“me desgarra este yo contra mí”), que se resuelve en duda. En definitiva, Visiones del refugio azul es el prometedor inicio de una poeta que tiene mucho que decir.
 
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez



sábado, 11 de mayo de 2019

Mar de huesos. María Ostolaza

 
 


Mar de huesos
María Ostolaza
Isla Negra Editores, 2019
 
 
COMENTARIO DE CONTRAPORTADA
 
 
El silencio,
                   la noche,
                                   la lluvia,
el recuerdo imprime la cicatriz de las veintitrés composiciones de Mar de huesos, poema / océano a la deriva, ebrio, donde María Ostolaza escribe sobre la ausencia y el tiempo, delgado como el agua, triste como el oleaje, que le dicta un discurso líricamente melancólico. Entre sargazos y marejadas, la poeta anhela salvar la distancia invisible del pasado, neblina que deja en la memoria gotas de nostalgia. Ostolaza hace de la brevedad su santo y seña para navegar libre sobre el abismo de la página y no
       tocar fondo.
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez