sábado, 7 de abril de 2018

El laberinto de Venus. María Teresa Espasa

 
 


El laberinto de Venus
María Teresa Espasa
Lastura Ediciones, 2017
 
 
María Teresa Espasa, escritora valenciana de dilatada trayectoria, que comenzara su andadura literaria en 1978 con A través del silencio, y que ha sido merecedora de prestigiosos premios, como el Vila de Mislata en 1999 por Cuando puedas llama, el XI Premio de Poesía Leonor de Córdoba de 2012 por El congreso, o el XXXII Premio Ciutat de València “Vicente Gaos” por En alguna parte es otoño, y que con la antología Tanto y tanto silencio le fue concedido el Premio de la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios (CLAVE) a la trayectoria poética en 2015, nos sorprende ahora con un libro de relatos de corte erótico con el sugestivo título de El laberinto de Venus.

Si sugerente es el contenido no lo es menos el continente, pues lo publica Lastura Ediciones en el n.º 31 de la colección “Alquisa” de Narrativa, con la exquisitez y elegancia a la que la editorial de Ocaña nos tiene acostumbrados, tomando como imagen de cubierta la Flor de orquídea del pintor de Gandía Álex Alemany (1943), artista perteneciente al movimiento pictórico del “realismo mágico”.

No podía elegir mejor presentación la escritora de Denia pues en los dieciocho relatos que componen el libro nos traslada al ambiente “mágico” de sus ensoñaciones eróticas, un erotismo de delicada sensualidad apenas apuntada en párrafos de pasional prosa poética. Porque María Teresa Espasa, es, ante todo, poeta, una poeta que ahora elige otro formato, otro género, pero que demuestra practicar con igual maestría.

Lo primero que reclama la atención del lector es la enigmática dedicatoria que encabeza los textos y que reza así: “Como bien sabes, este libro de relatos, lleno de emociones y sorpresas, es para ti”. Sería necesario investigar la biografía de la autora para adivinar de quién se trata, pero este inicio nos marca la voluntad de María Teresa de narrar sus vivencias íntimas desde un punto de vista literario, en un doble juego entre realidad y ficción, dando rienda libre a la imaginación.

No es baladí el hecho de que la protagonista de todos los relatos sea una mujer de nombre Tsa, acrónimo de Teresa y que, sin duda, es un alter ego de la autora, que pone en el pensamiento de la narradora su propia experiencia, en un juego de identidades que hace, aún si cabe, más interesante la propuesta.

La narrativa erótica no ha alcanzado en nuestro país un calado tan hondo como en el mundo anglosajón o en las letras francesas, no hay más que recordar ciertos clásicos, como El amante de lady Chatterley de David H. Lawrence, Historia de un ojo de Georges Bataille o El amante de Marguerite Duras. En el caso español me viene a la memoria Jarrapellejos de Felipe Trigo y, más recientemente, Las edades de Lulú de Almudena Grandes.

A lo largo de los dieciocho relatos que componen este libro, María Teresa Espasa hace un recorrido por diversos “subgéneros”, desde la prosa más desinhibida en “El pacto”, donde emplea un lenguaje más directo y coloquial, al puro relato policíaco y de misterio en “Mientras dormías”, pasando por el género epistolar en “Los sueños y los días”. En todos el tono es pasional y el fondo de un romanticismo tierno y evocador.

El discurso de María Teresa es eminentemente femenino y se despliega con soltura en historias reales y fingidas, en relatos que abarcan desde situaciones frívolas hasta historias de desamor, donde la nostalgia se adueña de las palabras, pasando por momentos de verdadera pasión donde el lenguaje alcanza corporeidad y clímax.

Tras la lectura prevalece un ardiente deseo de cariño barnizado de erotismo, que es uno de los rostros del amor, y, sobre todo, una expresión de la ternura realmente apacible y conmovedora.

 
 
Gregorio Muelas Bermúdez



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