Dondequiera que vague el día
Ada Soriano
Ars Poetica, Oviedo, 2018
Ars
Poetica (EntreAcacias, S.L.) publica con pulcra exquisitez el nuevo
libro de la poeta oriolana Ada Soriano (1963) con el bello título
Dondequiera que vague
el día.
La calidad de la colección que le da acogida, “Carpe Diem”,
donde acaban de ver la luz los últimos trabajos de los también
oriolanos José Luis Zerón Huguet (Perplejidades
y certezas)
y José Manuel Ramón (La
tierra y el cielo),
y el lema que la Sociedad editora que le da soporte, “boutique de
poesía”, revelan el cuidado y la elegancia que el género lírico
tiene para Ilia Galán, director editorial.
Es
precisamente José Manuel Ramón, miembro fundador junto a Ada
Soriano, José Luis Zerón y José María Piñeiro de aquella memorable revista de creación
llamada Empireuma,
quien añade sus palabras en la contracubierta para afirmar la
condición de rara
avis
de la autora, “ajena a los cantos de sirena de la insulsa
posmodernidad”, en efecto, Ada Soriano es una poeta que puede
presumir de un estilo propio donde lo autobiográfico se entrelaza
con lo cotidiano en perfecta sincronía. Nos hallamos con un estilo
pulido y sencillo que dignifica la palabra como vehículo de una
emoción donde las luces se atenúan con las sombras dando paso a una
serena reflexión.
No
encontramos en su poesía una compleja estructura, el libro se
compone de veintinueve poemas divididos en dos partes, la que da
título al conjunto y “Seis poemas delicados”, que dedica a su
madre y a José Luis Zerón, entre otros, donde el punto de vista se
torna más sentimental si cabe.
Una
cita de António Ramos Rosa introduce el “alumbramiento”, los
“esbozos de luz” donde “cae lento el sol”. Los cerezos, las
nubes, las rosas, los caballos, son fuente de inspiración para una
meditación íntima o para la expresión del deseo, de la entrega,
del arrebato.
Pero
es en el poema que da título al libro donde Ada Soriano sintetiza su
discurso, como en estos versos: “Dondequiera que vague el día /
buscan los amantes un refugio / donde saciar sus deseos / al margen
de la mirada inquisitoria / de una sotana y su púlpito”. Así la
poesía se erige en un instrumento eficaz para la crítica social y,
ante todo, como verdadero refugio para la sensibilidad de una autora
capaz de hacer perennes los pétalos de las “flores en el río”.
Gregorio
Muelas Bermúdez
Te felicito por tan acertada y entrañable reseña y te agradezco el hermoso detalle, ya que hablas de mí y nombras a mis amigos de tantos años, mis colegas de Empireuma. También tú eres un buen colega.
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