jueves, 20 de diciembre de 2018

Blending. Hilario Barrero

 
 


Blending
Hilario Barrero
Cuadernos de humo, Brooklyn, NY, 2017
 
 
El poeta, traductor y diarista toledano afincado en Nueva York, desde 1978, Hilario Barrero (1946) publica en Editorial Cuadernos de humo su nuevo poemario, Blending, título que hace referencia a la primera lección que el autor aprendió en clase de dibujo, la mezcla o fusión: “del rojo al negro pasando por el verde y otros colores básicos”.

Tras su celebrada antología en Renacimiento, edición de José Luis García Martín, Educación nocturna (2017), Barrero nos presenta un volumen de pequeño formato e impecable hechura con una sugerente ilustración suya en portada pues Hilario también es un excelente dibujante, con un estilo propio. Se trata de la primera entrega de la colección de poesía “Prospectpark” y el decimoctavo título de los Cuadernos de humo que el autor edita desde Brooklyn y que desde hace unos años recoge algunas de las mejores antologías actuales en castellano en la serie “Donde está el fuego”, que ya va por su octava entrega.

El libro se compone de cuarenta y dos poemas de ritmo imparisílabo divididos en cinco partes. La primera, “Noche toledana”, está integrada por doce breves composiciones de carácter íntimo, doce instantes de luz (presencia) y de sombra (ausencia) donde Hilario Barrero evoca su ciudad natal, con “aquellas noches de deseo y soledad”: “Para cruzar la línea / de la última luz desconocida/ dame la mano, amor, te necesito”.

Una cita en inglés de Edna St. Vincent Millay introduce la segunda parte, “Walhalla”, que el autor escribe al hilo de la música de Richard Wagner, once bellísimas composiciones que remiten a diversos pasajes del ciclo épico El anillo del Nibelungo, donde el estilo de Barrero se conjuga con las notas del gran compositor alemán: “Oxidada la lanza / el dragón derrotado, / el anillo en el río / y Valhalla una ruina / de amarillo jaramago y lagartijas verdes”.

La tercera parte, “Andalucía”, es un sentido homenaje al folclore y la luz, a la historia y la arquitectura de estas tierras en siete estampas donde Barrero recrea el puerto de Cádiz, la catedral de Sevilla, la Córdoba omeya y romana, Granada y “los reinos de taifa del agua”. Estamos cerca del paraíso de Aleixandre, donde se proyecta la sombra de Cernuda.

En “Welcome home” el autor pasa del himno a la elegía para contarnos seis maneras de estar en una casa “que no es nuestra”: un hotel en Cartagena, un museo en Murcia, un convento cartujo o “un festivo parque de provincias” (Parque de la Seda), para acabar “Un día en Toledo”. Aquí es la oscuridad, la niebla, la que se adueña de los versos por el temor a olvidar, a que pase el tiempo perdido, antes de que llegue la noche: “Las manos de un muerto son polvo, / es ceniza el deseo y los ojos son barro”.

El poemario concluye con “Desembocadura”, de “los ríos que al final no van a dar a la mar” porque “recordar sus orillas da dolor”, he aquí seis poemas brevísimos donde destaca el que da título a todo el conjunto y figura en la contraportada, y es que todos los colores acaban fundiéndose en el negro, maravilloso el paralelismo final que equipara el disparo de un cazador furtivo con la caída de una flor cortada por un niño.

En conclusión, Hilario Barrero nos vuelve a ofrecer una bella muestra de su sensibilidad y capacidad de emoción a través de una poesía íntima y meditativa que hacen de su estilo uno de los más maduros de nuestro tiempo.

 
Gregorio Muelas Bermúdez



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