domingo, 29 de diciembre de 2019

Octante luna. Elías Dávila Silva

 
 


Octante luna
Elías Dávila Silva
Ediciones Casa del Poeta, Capulhuac, Estado de México, 2019
 
 
Octante luna es el bello título del nuevo libro de haikus de Elías Dávila Silva (San Pedro Totoltepec, Toluca, 1966), que ya había dado a la imprenta Vitral de instantes (Chimal Editores, 2011). Ocho años después nos ofrece este volumen, editado artesanalmente por Casa del Poeta Dolores Castro, con una viñeta de portada de Francisco Navarro Ruiz, donde el haijin mexicano reúne cuarenta y tres composiciones sin división en partes, sino como un continuo donde la naturaleza obra su milagro cotidiano ante la mirada atenta del poeta, que sabe estar en el mundo con la humildad que la estrofa japonesa requiere. Y es que con tan solo dos títulos Elías Dávila ya se ha erigido como uno de los más singulares cultivadores de lo que podríamos denominar “haiku verdadero”.

Como veremos a lo largo del texto, el poeta no se ciñe al “canon occidental” de diecisiete sílabas o moras, que su compatriota Octavio Paz fijara en sus traducciones de Basho, pues los sucesos del mundo que contempla superan ese estrecho corsé para expandir su significado:

Charco en la acera
El perro al beber enturbia el agua
donde se refleja el cielo.

Los haikus de Elías Dávila Silva destacan por la originalidad de su punto de vista pues rehuye lugares comunes para captar instantes donde el hecho más mínimo se convierte en auténtico hallazgo estético:

Músico mendicante
Al vaso sin monedas
cae una hoja de otoño.

Como nos advierte el título, la luna será una de las grandes protagonistas del conjunto, sobre todo en la parte final, donde ésta aparece reflejada en una pila bautismal o arroja su luz sobre los alcatraces. También los pájaros adquieren una especial significación, así el gorrión, el faisán, el cuervo, las alondras, el búho o una paloma reclaman la atención del poeta, que sabe eternizar ese suceso que le ofrece la naturaleza con sencillez y elegancia.

Pero también podemos apreciar algún atisbo de haiku filosófico, donde se deja sentir una reflexión sobre aquello que incide en la naturaleza del ser que contempla:

Dientes de metal
El reloj tritura tiempo
y vida también.

En definitiva es vida lo que Elías Dávila Silva consigue retener en el centro de los páginas de este “librín”, como le gusta llamarlo el autor, que a pesar de su pequeño tamaño logra albergar las fases de la Luna en forma de grandes haikus.


Gregorio Muelas Bermúdez
 
 
Reseña publicada en el nº 44 de la Gaceta Internacional de Haiku Hojas en la acera
 
 




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