domingo, 14 de junio de 2015

El azul de los lápices. Rafael Correcher



El azul de los lápices
Rafael Correcher
Editorial Denes, Paiporta, 2009
 


No has visto nunca el mar

por eso coges

el azul de los lápices…

 

Con estos bellos versos del poema que da título al libro, Rafael Correcher dibuja un mar de sensaciones, de sentimientos y emociones que deja su impronta en la retina y sensibilidad del lector exigente pues exigente es la escritura de un poeta que observa el mundo con la precisión de un etnólogo para recrear una realidad que cristaliza en una poesía metafórica, de corte hermético, lúcida y serena, digna heredera de los grandes maestros de la escuela italiana, Giuseppe Ungaretti, Eugenio Montale y Salvatore Quasimodo.

En El azul de los lápices, poemario merecedor del VI Premio César Simón, Correcher parte de lo fugaz para dotarlo de permanencia, poniendo su acento en todo lo que nos constituye y sin embargo está condenado a la desaparición o transmutación. Con poemas por lo general breves que son como destellos de luz sonora, el poeta nos ofrece su particular visión de un mundo tendido entre el indicio y la certeza de aquello que nos queda después de la devastación del sueño de la vida.

Poesía en estado puro, sensorial y meditativa, se trata de un conjunto de poemas que invitan a la reflexión y al descubrimiento pues el poeta, como ese perfecto imperfecto que con sabia intuición reordena los objetos, que en sus manos adquieren una nueva significación, es capaz de trascender anécdotas, rellenar espacios y fijar el tiempo en el perenne marco de las palabras. Sólo la inteligencia del poeta puede ahondar en la raíz de las cosas para ofrecernos una nueva manera de verlas y entenderlas. Lo que Correcher parece querer decirnos es que en un mundo sometido a un cambio constante siempre debe permanecer lo esencial de las cosas que reside en el fondo de la mirada atenta del poeta.

Correcher recorre un amplio abanico temático, que abarca desde la acerva crítica social, en poemas como “Paradise Now”, donde denuncia la beligerante situación que se padece en Palestina, o la crítica a la intolerancia e irracionalidad de la fe ortodoxa en “Galileo”; hasta una peculiar interpretación de la naturaleza, que tiene un peso específico en unos versos que parten de lo físico para ascender etéreos y filtrarse como el humo en la conciencia del lector avezado.

En conclusión, El azul de los lápices es una sutil indagación sobre la realidad que nos circunda. Como el “Rastro” o “Fósil”, Correcher tiene voluntad de dejar huella en los “Recuerdos”. La poesía es, sin duda, el mejor instrumento para trascender la realidad y alcanzar cotas de entendimiento.

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