Tiempo gris de cosmos
José Antonio Santano
Editorial Nazarí, Granada, 2014
José Antonio Santano es un poeta con una fructífera
trayectoria avalada por numerosos reconocimientos, como el Premio Internacional
“Barro” de Sevilla, 1993, por Profecía de
Otoño; el Premio de Poesía “Ciudad de El Ejido”, 1995, por Exilio en Caridemo; el Premio Nacional
de Poesía 2000 por La piedra escrita;
el Premio Andalucía de la Crítica “Ópera Prima” 2005 por Trasmar; el X Premio Internacional de Poesía “Luis Feria” 2008 de
la Universidad de La Laguna, Tenerife, por Razón
de ser; además ha sido traducido al italiano por Emilio Coco en Il volo degli anni - Antologia poetica personale, 2007, XIV
Premio Internazionale di Poesia e Letteratura “Nuove Lettere” 2009 del Instituto
Italiano di Cultura di Napoli.
Este cordobés de Baena afincado en Almería también
es crítico literario en prensa y revistas, colaborador habitual del Diario de
Almería y del Instituto de Estudios Almerienses, actualmente dirige la
publicación literaria “Cuadernos Metáfora”.
En Tiempo gris
de cosmos, su último poemario hasta la fecha, publicado por Editorial
Nazarí en su colección Daraxa, Santano articula un canto de fraternidad con
“todos los habitantes del planeta”. El libro se inaugura con unos versos de
Francisco Peralta, de quien toma el título, que a modo de tesis nos advierte
del tono del poemario, donde el poeta adopta una posición necesariamente crítica
para entonar un canto a la cruda realidad actual, tan muda de esperanza, donde
el autor se identifica con los más desfavorecidos para devolver al hombre el
centro y la capacidad de seguir soñando en un mundo donde la primavera le gane
el pulso al invierno.
El poemario se divide en dos grandes secciones. En la
primera parte, “Tiempos de silencio”, los poemas son por lo general breves y en
ellos el poeta se sirve de elementos de la naturaleza, como la lluvia, para
alzar su voz contra la injusticia e hilvanar de paso un discurso poético de
altura, que pone el acento en aspectos tan actuales como eternos, siempre con
una actitud crítica hacia la realidad, tan adversa como llena de
incertidumbres, así en “Certeza” Santano define la rutina como ese zapato que
nos aprieta y nos condena a la oscuridad y el silencio de la celda que
habitamos cada día.
Santano pone en solfa los símbolos que coartan la
libertad del hombre: patria, Dios y bandera, por tanto nos encontramos ante una
poesía donde la belleza de los versos se aúna con el mensaje social, con un
inconformismo crítico que pone el acento en los grandes males que nos acucian:
el hambre, la ignorancia, la soledad. Para Santano la única salvación es posible
a través de las palabras y los sentimientos, capaces de sofocar “el fuego de
los tiranos”.
La poética de Santano suscribe el célebre verso de
Gabriel Celaya (“la poesía es un arma cargada de futuro”), para enarbolar la
bandera de la dignidad contra “la vil corrupción de los gobiernos/ el saqueo de
los banqueros/ y la insolencia de la Iglesia” (“Indignado”). En “El campus”, la
noche que se cierra sobre las aulas actúa como símbolo de un futuro
desconcertante. Solo la luz de la palabra, verdadero recinto de subversión
contra la tiranía y la avaricia, puede iluminar un mundo oscurecido, triste,
frío.
En la segunda parte, que comparte epígrafe con el
título del poemario, los poemas son más densos y su extensión se dilata al hilo
de un discurso candencioso tan rico en imágenes como efectivo en ideas, donde
Santano se sirve de la tópica pregunta de una red social para dar rienda suelta
a una horda de sentimientos donde el presente y el pasado se imbrican de tal
forma que conforman un nuevo tiempo: gris por el contexto, cosmos por el
universo del poeta. Diez poemas, diez cantos, diez confesiones que reúnen el
sentir de un soñador que afirma su ser en un mundo amenazado por la Nada.
El poemario concluye con una aproximación crítica a
la poética del libro de José Cabrera Martos, donde éste realiza un profundo
análisis ético y filosófico de los temas que animan el quehacer poético de José
Antonio Santano, un poeta que escribe para liberarse y liberarnos de un sistema
asténico.
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