Se
conoce por “poeta secreto” a aquel que habiendo siendo
prácticamente desconocido en vida, con escasas publicaciones que
pasaron en su día inadvertidas pero con una amplia obra que por
circunstancias permaneció oculta en la privacidad de un cajón, goza
en la actualidad de una memoria imperecedera, citemos los casos más
paradigmáticos: el griego de Alejandría Constantino
Cavafis (1863-1933) y
el lisboeta Fernando
Pessoa (1888-1935), y
más recientemente en España el barcelonés José
María Fonollosa
(1922-1991), el inolvidable autor de esa obra maestra titulada Ciudad
del hombre
(1990-1993).
Desconocidos
para el público y la crítica hasta después de su muerte, estos
autores permanecieron al margen de las corrientes literarias de su
época, lo que sin duda dificultó su popularidad pero favoreció su
productividad, siendo fieles a sí mismos, creando un estilo propio y
a la vez universal.
No
son los únicos como veremos, los autores que podríamos encasillar
en esta etiqueta se cuentan por decenas, y aunque en muchos casos sus
obras no haya obtenido todavía el merecido reconocimiento, merecen
ser estudiadas y conocidas, así en Canarias debemos citar el caso de
Luis
Báez Mayor
(Telde, 1907 – 1941), un periodista, escritor, poeta y dramaturgo
que comenzó sus estudios de Derecho en Madrid, donde tuvo como
maestro a Julián Besteiro, futuro presidente del PSOE, de la UGT y
de las Cortes, y que por razones de salud los acabó en La Laguna,
Tenerife, y más tarde se licenció en Filosofía y Letras por la
Universidad de La Habana. En la capital de Cuba viviría la bohemia
de sus noches tropicales y conocería a destacados intelectuales de
la isla, tales como Alberto Váldez Brito, Agustín Acosta o García
Bárcena, con los que entablaría una fructífera amistad, además de
colaborar en revistas como Bohemia
y publicar artículos en los periódicos habaneros El
Espectador y
el Diario
de la Marina (1844-1960),
“El Decano de la prensa cubana”. Su relación con la isla, en la
que residió durante tres períodos, fue tan estrecha que acabó
adoptando la nacionalidad cubana.
Su
poesía, donde destacan los sonetos idealistas, es de carácter
sentimental, de un romanticismo becqueriano, y de clara influencia
modernista, donde suenan ecos del gran Rubén Darío (1867-1916) y de
Salvador Rueda (1857-1933), precursor del movimiento en España. Luis
Báez Mayor no llegaría a ver ningún libro publicado en vida, su
obra vería parcialmente la luz en la posterior antología 96
poetas de las Islas Canarias
(1966), y en las más recientes 4
Poetas de Telde
(1991) y Poetas
de Telde
(2001).
“¿Y
he de seguir, ¡Dios mío! siendo una mezcla
burda
de estúpidas flaquezas e indecisión suicida
¡Oh,
no! que por encima de esta existencia absurda
se
yergue inexorable la realidad, la vida.”
Luis Báez murió muy joven, con apenas treinta y cuatro años, no obstante, vivió de manera intensa pues sus inquietudes literarias y políticas le llevaron a alternar entre dos grandes islas, con un clima y una arquitectura parecida, Gran Canaria y Cuba. Así tras completar sus estudios de Filosofía y Letras en La Habana, hacia 1927, el “indiano” retorna a Telde como consecuencia de ciertas divergencias familiares debido a su vida nocturna, cuando ya empezaba a descollar en los medios intelectuales.
“Sé
que nací bohemio y he de morir bohemio…
sin
la mugrienta pipa ni la melena fútil,
porque
hice el bien que pude sin esperar el premio
y
he llevado mi vida como una carga inútil.”
En
Telde desarrolla una destacada actividad política durante el período
de la Segunda República, ejerciendo como abogado y fundando el PSOE
de la ciudad, además de dar conferencias, colaborar en la prensa de
Las Palmas y formar parte del Grupo Aparte, donde conocería a los
principales escritores grancanarios, como Montiano Placeres Torón
(1885-1938). Fue tal su implicación política que con el estallido
de la Guerra Civil debió volver a Cuba hasta que su frágil salud le
obligó a regresar en 1938, ya no volvería a viajar a su querida
isla antillana. Una calle de su ciudad lleva su nombre, donde una
placa conmemorativa señala la casa en la que vivió el insigne
poeta.
Gregorio
Muelas Bermúdez
No hay comentarios:
Publicar un comentario