miércoles, 21 de junio de 2017

Arqueología de un milagro. Jesús Aparicio González

 
 


Arqueología de un milagro
Jesús Aparicio González
Ruleta Rusa Ediciones, 2017
 
 
Jesús Aparicio González (Brihuega, Guadalajara, 1961) publica su undécimo poemario, Arqueología de un milagro, en Ruleta Rusa, una bella edición con una sugerente imagen de portada de Pablo Aparicio Resco, que combina tres elementos harto significativos: un fósil, un gorrión y las piezas de un puzzle.

Este poemario confirma la madurez expresiva alcanzada por su autor en sus anteriores trabajos, La papelera de Pessoa/ La luz sobre el almendro y La paciencia de Sísifo, ambos publicados por Libros del Aire en 2012 y 2014, respectivamente.

Tras la cita inicial de Basilio Sánchez, que inspira el título y parece definir su aspiración de alcanzar “el milagro fecundo, luminoso, de unas pocas palabras”, nos encontramos con setenta y ocho poemas, sin división en partes.

Inicia el libro un “Prólogo en azul” que es toda una declaración de intenciones: “Ensaya un himno/ que cante a esas nubes que pasaron”. A lo largo del poemario se concitan variados temas, como la piedad en “Volver”: “perdonar es dejar una página en blanco”; la invitación a una tregua con la tecnología y el asfalto en aras de una necesaria reconciliación con la naturaleza en “Las afueras”; o el tiempo y sus adverbios en “Predicciones”: anteayer, hoy, ayer, ahora, mañana. Pero si hay un tema capital ese no es otro que el milagro que engendra el verso, “como germen de trigo”, contra la rutina y el tedio de los días arrancados al calendario. A ese milagro y su origen, los silencios, los papeles en blanco, consagra su escritura para buscar en ellos “una pregunta que desvele quién soy”. El poeta escribe para entender y que le entiendan, con la sapiencia del gorrión, que más cerca del cielo nos observa.

De un lirismo sobrecogedor y bajo una forma aparentemente sencilla, tras la cual se vislumbra un gran trabajo de depuración estilística, Jesús Aparicio González escribe “con el alma en barbecho”, la ventana abierta y la mirada prendida en la tierra de “luz y pájaros”.

Con ritmo sosegado y tono celebratorio, Jesús Aparicio canta con la certeza del mirlo desde la rama de su pensamiento a las cosas cotidianas que, sin embargo, determinan nuestros pasos. Con la hondura de quien camina con la serenidad necesaria para meditar sobre la esencia de las cosas, Jesús Aparicio nos regala su palabra, liberada de alardes expresivos, sin altanerías ni estridencias. Son numerosos los poemas que invitan a esa reflexión, he aquí una bella muestra:

UN SALMO ANTE LA TUMBA DE CAMUS

Dichoso el que ha aprendido sobre la carretera
que sólo hay dos caminos
para los valientes:
el suicidio y la esperanza.

El resto llena
de lágrimas y máscaras
las papeleras.

Jesús Aparicio hace del conocido aserto “menos es más” su santo y seña. Así dice el poeta en la última estrofa del poema que da título al libro y que lo cierra: “Polvo de las estrellas/ que el poema levantan:/ fragmentos de una vida/ que crece si se apaga.”
 
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez



domingo, 18 de junio de 2017

La poesía en Castellón: anexo

 
 



Con el fin de completar la información vertida en mi artículo “La poesía en Castellón: esplendor y diversidad”, publico el siguiente anexo donde amplio la nómina de autores significativos que ilustran lo mejor de la lírica en la ciudad de la Plana y sus alrededores, poetas emergentes unos, consolidados otros, cuyo quehacer lírico merece, sin duda, ser citado.

Así entre los jóvenes destaca Carlos Loreiro (1987), Premio Nacional de Poesía Joven 2014 por Los poemas de Marcelo Aguafuerte: crónicas para el buey Apis, publicada por Leteo, y los emergentes Carlos eMe y Aitana Molina.


Entre los que ya cuentan con una obra sólida destacan Marcelo Díaz, autor de Mapa de costas, Sin ciel/no y Criar la luz, Rafael Mesado, con los poemarios Samsara y Laberintos, Pasqual Mas i Usó (Biblioteca de guerra) y el cacereño afincado en Castellón Juan María Calles, que con Una figura de barro obtuvo el prestigioso Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández en 2014.


También merece ser citada la intensa actividad de El Pont Cooperativa de Lletres, espacio de encuentro de cooperación y de difusión en lengua catalana en las comarcas norteñas del País Valenciano, compuesto por Josep Lluís Abad, Antoni Albalat (Els peus de la boira, Love is), Vicent J. Almela, Joan Andrés Sorribes, Joan Campos, Susanna Lliberós (Compàs d´espera, Llibre dels Espills), Mònica Meló, Manel Pitarch y, sobre todo, Josep Porcar (La culpa, Llambreig).


Otros autores destacables son Pedro Gómez (Abrasados) y Joan Garí, que en Física dels límits (2001) logra una sabia combinación de trascendencia y humor.

También merece citarse la labor de los profesores Santiago Fortuño Llorens y Lluís Meseguer, cuyo feraz magisterio ha sido fundamental.

 
Y por último, el apoyo a la cultura y la investigación por parte de la Fundación Dávalos-Fletcher, patrocinador del Premi Tardor de Poesía.
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez





viernes, 9 de junio de 2017

La poesía en Castellón: esplendor y diversidad

 
 



Artículo publicado en MUNDIARIO:
 
 
 
 
La poesía en Castellón goza en la actualidad de un momento de verdadero esplendor, un hecho fehaciente que se encuentra estrechamente ligado a la efervescente actividad poética que se viene desarrollando en la Comunidad Valenciana desde hace varios años.
 

En efecto, son muchos los autores y los espacios, muchas las asociaciones y las tertulias, que tienen su cuna y su sede en la ciudad de Castellón de la Plana y sus alrededores. Así, entre los autores podemos citar a Rosa María Villaroig (Brisa ahora, tierna brizna, antaño, Piel hendida adentro), Amelia Díaz Benlliure (Tuya es la voz, Una historia no contada), Rosario Raro (Puerto Libertad), Bibiana Collado Cabrera (Como si nunca antes, El recelo del agua), Eloy Sánchez Guallart (Manifiesto asténico, Como soles patagónicos), Lluïsa Lladó (El bosque turquesa, El arca de Wislawa), Soledad Benages (Soledumbre), Iris Almenara (Ombligo, mundo y raíz), Pilar Bellés y Jesús G. Moreda.
 

En cuanto a los espacios, merecen citarse algunos muy emblemáticos, como el Real Casino Antiguo de Castellón, sede de ALCAP, las librerías Argot y Babel, la cafetería-librería Sar Alejandría, El Convent o el nuevo espacio creativo La Bohemia, que regenta Manu Vives.
 

Por lo que toca a las asociaciones y tertulias, las hay con solera, como ALCAP (Asociación Literaria Castellonense Amigos de la Poesía) que preside Víctor Vázquez Bayarri; Verba Manent y Poetas sin sofá, con Soledad Benages y María José Sangorrín a la cabeza; la Tertulia poética El Almadar, donde se dan cita algunos de los autores nombrados anteriormente: Amelia Díaz Benlliure, Eloy Sánchez Guallart y Lluïsa Lladó, además de la escritora alemana afincada en Nules Petra Dindinger Biermann (Eternos), Enric Serra (Capitán Ahab) o Marcelo Díaz (Sin ciel/no), entre otros; y las Tertulias del Racó d´Adall. Cabe destacar que tanto Poetas sin sofá como El Almadar editan sendas publicaciones periódicas, a saber: Cuadernos de Poesía por Poetas sin sofá, que ya va por su número 9; y Azharanía, de El Almadar, que recientemente ha publicado su número 13, dos publicaciones que cada vez adquieren mayor prestigio, con importantes colaboraciones de autores españoles y latinoamericanos.

 
Capítulo aparte merecen las editoriales ACEN Editorial (Asociación Cultural de Escritores Noveles) y, sobre todo, Unaria Ediciones, el proyecto editorial que dirige Amelia Díaz Benlliure con tesón e ilusión desbordante y donde han visto la luz obras tan importantes como Infierno y nadie, la antología poética esencial de Antonio Marín Albalate.

Mucho talento y múltiples iniciativas que han hecho de Castellón de la Plana una de las capitales de la poesía en España.
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez
 
 

 



domingo, 4 de junio de 2017

Puerto Libertad. Rosario Raro

 
 


Puerto Libertad
Rosario Raro
Unaria Ediciones, 2014
 
 
Unaria Ediciones, que dirige con mano maestra la poeta Amelia Díaz Benlliure, publica Puerto Libertad de la escritora castellonense Rosario Raro, un poemario anterior a su célebre novela Volver a Canfranc. Editado en la colección “Además de la palabra”, que pretende aunar los múltiples aspectos artísticos de los poetas, sorprende de entrada su pequeño formato, apaisado y realmente de bolsillo.

El libro reúne más de doscientas composiciones, poemas breves, escritos a la manera del haiku, respetando la estrofa japonesa en su estructura occidental: tres versos de 5, 7 y 5 sílabas respectivamente, organizadas en dos grandes apartados, “Oriente” y “El regreso a Occidente”, con un bello colofón, casi una poética, bajo el epígrafe “Del uno al otro confín”, que también figura en la contraportada:

"Escribo para
robarle a la muerte
la última frase."

Lo encabeza un certero prólogo del escritor valenciano Juan Luis Bedins, actualmente presidente de CLAVE (Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios) y autor de los poemarios Desde aquel balcón remoto (Ed. Instituto de Estudios Modernistas, 1994) y Escucho otra cadencia en mi memoria (Paginacero, 2005), entre otros.

El poemario cuenta, además, con otro interesante atractivo, la traducción al japonés de las composiciones reunidas en “Oriente” por Javier Porcar Rebollo.

Rosario Raro demuestra ser una autora cosmopolita pues sus poemas se hacen eco de experiencias vividas en diferentes partes del globo, desde lugares exóticos, como Coyoacán y Katmandú, al litoral mediterráneo. En ese periplo vital la autora escribe un contenido misceláneo, en ocasiones con espíritu oriental:
 
"Guarda la hoja:
escondida en el bosque
o en un libro."

Y en otras con vocación de aforismo:

"Lo literario
es siempre la sospecha
de cualquier verdad."

También podemos apreciar rasgos de otros géneros, como el microrrelato o la greguería. En definitiva un conjunto de ideas y recuerdos que se armonizan bajo el pulso de la mano pensativa de Rosario Raro, ahora dedicada de lleno a la novela pues acaba de publicar La huella de una carta en Planeta, que como Volver a Canfranc promete ser otro éxito de ventas.

He aquí la Rosario Raro más ocurrente, más íntima, que abre y cierra el poemario con una dedicatoria y “El haiku del lector” que ofrece escribir al lector activo que acepte el reto de añadir su propia visión de las cosas que nos hacen y nos deshacen, que nos rodean y nos gobiernan.
 
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez