miércoles, 8 de diciembre de 2021

EL PRIMER TETRARCA. Reseña de Begoña Vidal

 



Tras veinte años de relativa paz, el emperador Diocleciano se retira por propia decisión a su palacio de Spalatum, dejando el poder en manos de su heredero, Galerio. Es entonces cuando en la otra parte del Imperio, surge otro gran líder, Constantino, primogénito del augusto Constancio, que tendrá que luchar para seguir los pasos de su amado padre y ser aceptado como miembro de la familia imperial.


Gregorio Muelas, autor del libro, propone un apasionante viaje hacia la antigua Roma, un viaje que lleva al lector a visualizar y contemplar con asombro los pasajes donde se desarrolla una interesante y didáctica trama. Con una prosa impecable, la novela está narrada en primera persona, siendo Firminiano (alter ego del autor), el personaje encargado de ser su propia voz narrativa y de las memorias de Diocleciano y Constantino, dos de los grandes protagonistas de esta historia. La estructura de la obra es compleja pero no por ello menos atractiva, puesto que el autor no duda en utilizar los recursos literarios que tiene a su alcance para conducir al lector al punto que desea.


En cuanto a los personajes: Galerio, Constantino, Diocleciano, Maximiano, Licinio, Majencio, Fausta, Minervina… todos están perfectamente descritos físicamente y emocionalmente, en algunos casos gracias a la correspondencia que mantienen entre ellos, mostrando así su lado más humano; unos personajes que calan hondo y que dejan la sensación de querer saber más sobre sus sentimientos.


«Una noche, a mitad de trayecto, mi padre se encontraba en la proa observando con estupor las estrellas. No era la primera vez que se veía obligado a contemplarlas en mitad de la mar, pero tal vez intuía que sería la última. De espaldas, su capa ondeaba contra la brisa dándole ese aire de grandeza que yo siempre había admirado»


El primer tetrarca es una novela de ficción histórica que nos muestra una época bastante desconocida de la historia de Roma, donde la paz dependerá de la unidad del Imperio y donde las traiciones, alianzas, batallas, luchas de poder, sacrificios y encomiendas a los dioses, harán grandes a unos hombres y empequeñecerán a otros. Un mundo pasado que en algún momento nos puede recordar al presente, porque tal vez nuestra sociedad, salvando las distancias, no sea tan diferente…


El primer tetrarca es, pues, un libro que emociona por su gran calidad literaria, en el que se aprecia todo el esfuerzo, dedicación y trabajo de documentación de un autor que ha sabido plasmar página a página, con la belleza del lirismo de sus palabras, paisajes, ambiente, vestuario y personas.


Un autor cuyo propósito es: “hacer hablar a las estatuas y convertir la piedra en carne y hueso”.


Ciertamente lo ha conseguido…


«Apenas se había dejado sentir el claror de las primeras luces del alba rebotando en las brillantes aguas de aquel mar, que como un bosque de olas oscilaba entre el azul cobalto y el verde oliva, cuando la panzuda embarcación empezó a vislumbrar en el horizonte, ajado de sombras, las cónicas torres del palacio imperial.»







domingo, 10 de octubre de 2021

EL PRIMER TETRARCA

 



Último cuarto del siglo III d. C. El Imperio romano se encuentra sumido en la anarquía militar. Con una nueva guerra civil en ciernes, surge la figura de un gran estadista, Diocleciano, que será capaz de pacificar el Imperio bajo un nuevo sistema de gobierno, la Tetrarquía. Tras dos décadas de relativa pax, el emperador decide retirarse a su palacio de Spalatum, dejando el poder en manos de su heredero, Galerio. Pero entonces surge en los confines del Imperio otro gran líder, Constantino, primogénito del augusto Constancio, que tendrá que luchar para ser aceptado como miembro de la familia imperial.





ISBN: 9788418759277

AUTOR: Gregorio Muelas

EDITORIAL: Olé Libros

COLECCIÓN: Cum Sideris

PÁGINAS: 302

AÑO EDICIÓN: 2021

ENCUADERNACIÓN: Rústica

IDIOMA: Castellano


CUBIERTA: José Enrique Pérez Cortés

PRÓLOGO: J. R. Barat



viernes, 8 de octubre de 2021

Devoción de las olas. Mónica Manrique de Lara

 



Devoción de las olas
Mónica Manrique de Lara
Isla Negra Editores / Crátera Editores, San Juan / Valencia, 2020


Devoción de las olas, bellísimo título de reminiscencias machadianas, es una acabada ópera prima, y digo bien porque no es usual encontrar en el panorama lírico de nuestros días un primer poemario tan maduro, tan hecho, tan propio. A pesar de su carácter inaugural, ya podemos advertir en sus composiciones una voz particular, un acento inequívoco, que la poeta granadina afincada en Jerez de la Frontera ha sabido imprimir a sus versos, algo nada fácil en un contexto como el actual, donde abunda una especie de ortodoxia donde se prioriza la forma al fondo; los poemas de Mónica Manrique de Lara, en cambio, son de hondo calado. He aquí una obra en marcha con mucho futuro, una promesa que se hace realidad conforme se inmersiona en sus páginas.


Pocas veces una primera obra ha provocado el asombro y la rotundidad de Devoción de las olas, ahora me viene a la mente el impacto que en su día tuvo la ópera prima de otra admirable poeta, ya legendaria en nuestras letras: De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall, de Blanca Andreu, que mereció el Premio Adonáis de 1980. En esta ocasión el premio para la poeta han sido las numerosas muestras de admiración y cariño, unas veces en forma de reseñas y otras de comentarios entusiastas. Hacía tiempo que un primer poemario no concitaba tantas opiniones a favor.


Devoción de las olas inaugura la colección “Atlántida” de Crátera Editores, en coedición con Isla Negra, de Puerto Rico, que dirige el poeta Carlos Roberto Gómez Beras, en un abrazo lírico que tiende un puente de unión entre las dos orillas. He aquí un libro de una belleza insólita, donde abundan las imágenes de gran plasticidad, “imágenes de saludable empuje sensorial”, ha dicho José Luis Morante, y donde la metáfora encuentra su punto justo.


El poemario, de una exquisita factura, con una sugerente imagen de cubierta de la artista rumana Raluca Caragea y un celebratorio comentario de contraportada firmado por Francisco Vaquero Sánchez, se divide en tres partes simétricas: “El sendero”, “Las manos” y “El fondo del agua”, que se articulan en torno al anhelo, no es baladí que las palabras “retorno” y “regreso” se sucedan a lo largo del libro, como ancla en el limo, tal vez por eso en todos los poemas Mónica Manrique de Lara prescinde del punto final.


Gregorio Muelas Bermúdez



lunes, 4 de octubre de 2021

III PREMI DE POESIA SATÍRICA “AMPARO MONTAÑÉS”

 





III PREMI DE POESIA SATÍRICA

AMPARO MONTAÑÉS”



Gènero: poesia

Premi: tres premis, un primer de 150€, un segon de 100€, i un tercer de 50€

Obert a: majors de 18 anys residents en la província de Valéncia

Entitat convocant: AC Falla Rei En Jaume I

Localitat de la entitat convocant: Catarroja

Data de tancament: 07:01:2022



BASES

Primer.-
Convocatòria i objecte del Premi

La Delegació de Cultura de la Falla Rei En Jaume I convoca el III Premi de Poesia Satírica Falla Rei En Jaume I, que enguany rep la denominació “Amparo Montañés” com a homenage a la seua memòria, a fi d’incentivar la creació d’este tipo de poesia característica de la nostra regió.


Segon.- Participants i requisits

1. Podran concórrer al premi tots aquells autors que ho desigen, en un poema en llengua valenciana (segons la normativa de la RACV) de caràcter satíric, que haurà de versar sobre un tema concernent a l’actualitat de la nostra regió. No s’admetran poemes ofensius, contraris a l’honor, o que promoguen la xenofòbia, el maltractament o la violència.

2. Els poemes presentats hauran de ser originals i rigorosament inèdits; no podran haver segut publicats per qualsevol procediment imprés o electrònic, ni haver segut premiats en un atre certamen.

3. L’extensió dels poemes no serà inferior a xixanta versos a espai 1.5, en lletra Times New Roman de 12 punts, ni superior a cent versos de les mateixes característiques.

4. En cap cas haurà de figurar en els originals el nom de l’autor ni cap indicació que ho identifique, tant en l’obra com en el correu de l’enviament. No s’enviarà justificant de recepció ni es mantindrà contacte en els autors, excepte en els guanyadors per a notificar-los el resultat del premi.

Tercer.- Presentació d´originals

1. Lloc i forma

Les obres es presentaran en format word i es remetran a través de correu electrònic a la direcció de la Falla:
fallareienjaumei@hotmail.com, en l´assunt “III Premi de Poesia Satírica Amparo Montañés”, en el correu també s’enviarà un arxiu adjunt en el nom “Plica”, a on s’inclouran les senyes d’identificació del participant: nom, llinages, direcció postal, correu electrònic, teléfon de contacte de l’autor, títul de l’obra presentada i breu currículum.

2. Determini

El determini de presentació de les obres començarà a partir de llendemà al de la publicació de la present convocatòria en la pàgina de la Falla en facebook i atres mijos, i finalisarà el 15 de novembre de 2021.

Quart.-
Jurat i fallo

El Jurat encarregat de fallar el premi estarà format per: el Delegat de Cultura de la Falla, la poeta Ampar Cabrera i Sanfèlix i l’anterior guanyador del premi. El fallo del Jurat serà inapelable.

Quint.- Premi

1. Per a la present convocatòria el premi consistirà en un primer dotat en 150€, un segon dotat en 100€ i un tercer dotat en 50€.
2. Ademés, els poemes guanyadors seran publicats en el llibret de la Falla.


Sext.- Acceptació de las bases

La participació en este premi implica la total acceptació de las bases.




sábado, 2 de octubre de 2021

CRÓNICA DE LA XXXVII EDICIÓN DEL CICLO “POETAS EN EL ATENEO”. POETA INVITADO: JOSÉ ANTONIO OLMEDO LÓPEZ-AMOR

 



CRÓNICA DE LA XXXVII EDICIÓN DEL CICLO

POETAS EN EL ATENEO”

POETA INVITADO: JOSÉ ANTONIO OLMEDO LÓPEZ-AMOR



Por Gregorio Muelas Bermúdez



El pasado jueves día 9 de septiembre, el Ateneo Mercantil de Valencia acogió una nueva edición del ciclo “Poetas en el Ateneo”, que coordina Vicente Barberá Albalat. El acto, que tuvo lugar en el bellísimo Salón Stolz, de estilo neoclásico, ubicado en la planta tercera del emblemático edificio, recibió como aedo invitado al escritor valenciano José Antonio Olmedo López-Amor, reconocido poeta y crítico literario, que firma sus obras líricas con el heterónimo Heberto de Sysmo. José Antonio Olmedo, además, fue ganador del III Certamen Nacional de Poesía Ateneo Mercantil de Valencia en 2019 con su poemario Actos sucesivos.


El evento, que contó con una nutrida audiencia, se ciñó al protocolo anti covid-19: uso de mascarillas y distancia de seguridad. Entre el público asistente había numerosas caras conocidas del ámbito literario de la ciudad, entre ellos, y sin citar a los que posteriormente intervendrían en el recital, estaban Juan Luis Bedins, Presidente de CLAVE (Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios), Elena Torres, Roger Swanzy, José Antonio Mateo Albeldo, Nieves Salvador Bayarri, Pedro José Moreno, Francisco Cejudo, Elia Saneleuterio, Magda Villa, Francisco Marín Campos y Mariví Baviera.


El acto dio comienzo con puntualidad, a las 19.00 horas, y se desarrolló con el formato acostumbrado, así, después de una sucinta presentación biobibliográfica del autor, Vicente Barberá dio paso a la proyección de una selección de fotografías que José Antonio Olmedo había elegido como importantes al inmortalizar, en su mayoría, algunos de los hitos de su trayectoria literaria. El autor se fue explayando con detalle sobre el significado de cada una de ellas.



La primera instantánea mostraba un momento de la presentación de la revista CRÁTERA, que codirige, en la Universidad de Alcalá de Henares, junto a algunos amigos y colaboradores de la misma, como José Luis Morante y Elisabeta Botan. En la siguiente el autor aparecía retratado junto al niponólogo Vicente Haya, una de las grandes personalidades del haiku en nuestro país, durante el Seminario impartido por el maestro en la Fundación Centro de Poesía José Hierro, de Getafe. Le siguió otra instantánea de la Feria del Libro de Sevilla, junto al escritor Antonio Rivero Taravillo, Gregorio Muelas y el poeta y editor de Ultramarina, Iván Vergara, realizada con ocasión de la presentación del libro de haikus La soledad encendida en el marco de dicha feria. La siguiente fue tomada en Valladolid y en ella José Antonio aparecía junto a David Acebes Sampedro presentando su cuarto poemario, La flor de la vida, en una bodega urbana. A continuación otra instantánea mostró un momento de la presentación del n.º 0 de la revista CRÁTERA, en el Teatre Auditori de Catarroja, junto a Antonio Praena, Gregorio Muelas, Jorge Ortiz Robla y Ramon Guillem, que el autor considera fundamental por tratarse del momento fundacional de la revista. La siguiente fue tomada en Villa del Río, en Córdoba, a donde el autor acudió para recibir el primer premio de poesía del II Certamen Nacional de las Letras “Isabel Agüera” por Maldito y bienamado Bibelot. La siguiente fotografía mostraba la entrega del premio de poesía del Ateneo Mercantil, en la Noche Valenciana de las Letras, por su poemario Actos sucesivos, y en ella aparecía junto al editor de Olé libros, Toni Alcolea, y la presidenta de la institución, Carmen de Rosa. A continuación José Antonio narró una curiosa anécdota acaecida durante la presentación de un poemario de Blas Muñoz Pizarro en la SGAE de Valencia, cuando una apurada Mila Villanueva, que presentaba el acto, le pidió el favor de tocar el piano en directo y éste aceptó, improvisando una pieza. La siguiente instantánea fue tomada en San Sebastián, en un evento relacionado con el Festival, al que acudió como crítico cinematográfico de la revista Culturamas, y donde tuvo la oportunidad de entrevistar al actor José Coronado y a los directores Jaume Balagueró y Rodrigo Cortés. La fotografía siguiente mostraba al autor acompañado del Premio Cervantes Francisco Brines, en su casa de Elca. Siguió otra instantánea tomada en esta ocasión en la Casa de la Cultura de Torrent, junto a Jaime Siles y Patricia Cuenca. A continuación se proyectó una imagen del autor junto a Gregorio Muelas y que fue realizada en los estudios de Prado del Rey, en Madrid, a donde ambos acudieron para hablar de La soledad encendida con el locutor Juan Carlos Morales en el célebre programa cultural El ojo crítico, de Radio Nacional de España. Le siguieron otras fotografías donde el poeta invitado posaba junto a su tío, Juan Antonio, durante la presentación de su primer libro, Luces de antimonio, en la sede del Ateneo Blasco Ibáñez; junto a la familia de Torrent de Paraules después de la grabación de uno de los numerosos programas de radio en los que ha colaborado hablando de cine y literatura; en una multitudinaria presentación de la revista CRÁTERA en la librería El Imperio, unos días antes del confinamiento; y junto a su querido Ricardo Bellveser y otros amigos, antes y después de la presentación de su poemario Maldito y bienamado bibelot en el Museo de la Ciudad.


Concluida esta sección, Vicente Barberá continuó con la siguiente, donde alternó algunas preguntas, primero de carácter personal (lugar de nacimiento, familia, pareja, etc.) para posteriormente centrarse exclusivamente en lo literario, sobre todo en la creación de su último trabajo, el ensayo El pájaro a la rama. Conciencia del tiempo y tiempo de la consciencia en la poesía de Ricardo Bellveser (1977-2020). En esta segunda parte Vicente Barberá amenizó la entrevista en directo con la participación de los rapsodas convocados por el autor. El primero en intervenir fue Ricardo Bellveser, que antes de proceder a la lectura del poema “Ánfora olearia”, dedicó unas elogiosas palabras a José Antonio, trazando un paralelismo con Jorge Luis Borges y el Nobel que nunca recibió para hacer notar la injusticia que supuso el hecho de que Olmedo no obtuviera el Premio de la Crítica Valenciana en la modalidad de ensayo por El pájaro a la rama, que sin duda merecía, sobre todo por el estudio que hace en el libro de la aportación de los poetas valencianos a los novísimos y lo que significa Valencia en la literatura de los años setenta.


A continuación, Vicente Barberá preguntó a José Antonio por sus próximos proyectos, a lo que el autor respondió que en febrero de 2022 está prevista la publicación de una antología de once poetas experimentales, que ha seleccionado e introducido, y que Olmedo denomina exopoetas porque se salen del canon. El responsable del ciclo aprovechó para reflexionar sobre el sentido de dicha poesía y el criterio de los jurados de los concursos literarios y acabó preguntando qué es la poesía, difícil cuestión ante la cual el poeta admitió no saberlo, siendo uno de los pocos poetas invitados al ciclo que no se ha atrevido a definirla.



A continuación, Vicente dio la palabra a Gregorio Muelas Bermúdez, hermano de letras de José Antonio, que aprovechó la ocasión para destacar la faceta narrativa de José Antonio, que se augura prometedora, y que leyó el poema “Hiperuranio”. María de los Ángeles López, amiga de José Antonio, fue llamada a continuación para dar voz al poema “No permitas”. Le siguió Carla Juárez Pinto, directora de la revista universitaria Parnaso y compañera de grado de Filología Hispánica en la Universitat de València, que resaltó la calidad humana de José Antonio y recitó el poema “Ser el pájaro”. Sergio Arlandis, otro de los grandes poetas y críticos valencianos de su generación, volvió a destacar la calidad humana del autor invitado y leyó el poema “Si callar es amar”. El recital continuó con la intervención de Félix Molina, que leyó el soneto “Ruego”. A continuación le tocó el turno a Blas Muñoz Pizarro, uno de los poetas más queridos y admirados de José Antonio, que dio lectura al soneto “Dramaturgia de la muerte”. El recital concluyó con la lectura del breve poema “Sueño” por parte de Patricia Cuenca, presidenta de la asociación Torrent de Paraules, con la que tantas cosas ha compartido.


Para finalizar, y antes de pasar al recital del propio autor, Vicente Barberá le formuló diez preguntas cortas, que Olmedo contestó sin vacilación. Como colofón del acto, José Antonio deleitó al público con la lectura de cuatro poemas de su amplia obra, dos pertenecientes a La flor de la vida: “Llave fisiológica” y “La naturaleza invisible”; y otros dos extraídos de Maldito y bienamado bibelot: “Dicotomía sausseriana” y “Disfunción estética”.


Tras los merecidos aplausos, y antes de la habitual fotografía de familia, que realizó José Luis Vila Castañer, don Vicente Bosch clausuró esta XXXVII edición dando las gracias a todos los asistentes y, sobre todo, a José Antonio Olmedo por su proximidad al Ateneo Mercantil y a la cultura.






martes, 14 de septiembre de 2021

Oratorio. María Negroni

 



Oratorio
María Negroni
Vaso Roto Ediciones, Madrid, 2020


Vaso Roto Ediciones publica el nuevo poemario de María Negroni, Oratorio, con la exquisitez a la nos tiene habituados a los amantes del género: sugerente grabado de cubierta de Víctor Ramírez sobre un fondo blanco nuclear, y elegantes guardas rojas. No es para menos, el nuevo libro de la aedo argentina hace honor a su trayectoria con una estructura sencilla que en verdad encierra una gran complejidad. El carácter sacro de la palabra que titula el libro y la cita en francés de Nicolas Malebranche con la que lo inicia, cuya traducción sería “La atención es la oración natural del alma”, nos pone sobre la pista de su contenido, de índole metafísica, como veremos.


En Oratorio, María Negroni nos ofrece treinta composiciones separadas por un arterisco, sin rótulos ni segmentaciones superfluas, la autora hilvana una pieza tras otra, como perlas ensartadas “en un collar de duelos”, y lo hace con extrema precisión para ordenar un mensaje en apariencia hermético, que exige del lector una debida atención, aquella a la que apelaba la cita del filósofo y teólogo galo. Con una clara preferencia por el verso libre de arte menor, raramente este supera las 8 sílabas, Negroni hace gala de un estilo propio, único capaz de extraer “el todo de nada”.


Lo primero que llama la atención, como decíamos, es la forma de expresión que la vate emplea para conformar su discurso, donde la práctica ausencia de mayúsculas y la total de signos de puntuación sitúa cada composición in media res, donde nada empieza o acaba, donde todo forma parte de un todo mayor, algo que podemos constatar desde los primeros versos: “lo que debiera oírse / no se oye”. Un poco más adelante cita dos elementos clave sobre los que pivota buena parte del libro: el “Palacio del Vocabulario” y “la prisión invisible”. Acaso el primero sea ese lugar edénico donde el artista, el poeta en este caso, sacie su hambre; y el segundo la realidad donde nos vestimos con “ropas de silencio”. Será precisamente el silencio, “del silencio que se calla”, contra que la poeta entone su canto.


María Negroni hace uso del pareado y del terceto, fundamentalmente, para propagar su discurso, como las ondas de un lago tras lanzar una piedra al agua, y en numerosas ocasiones dichas estrofas tienen valor por sí mismas, tanto que podríamos tomarlas por verdaderos aforemas, veamos algunos ejemplos significativos: “quien tiene fe / no cree en nada”, “también las cosas / están en las palabras / por su ausencia”, “la ausencia de dios / es también un dios”, “la sabiduría está en lo que se ignora”. Y sin embargo, su forma de comunicar semeja austera, otra virtud necesaria para la profundidad de un mensaje que lejos de cualquier atisbo de pobreza se enriquece con un lenguaje tocado por la luz de la inteligencia, de otra forma no podría vislumbrar con una lucidez alta y serena una verdad inmanente: “lo que está quieto / está danzando”.


En conclusión, en Oratorio María Negroni nos habla de muchas cosas (matar amar crear) y lo hace con una voz propia, dejando atrás “la alabanza y su espejo”, consciente de que aquello que hiere también tiene la facultad de curar, porque “la escritura se escribe / contra lo escrito”. Amén.


Gregorio Muelas Bermúdez



martes, 31 de agosto de 2021

jueves, 15 de julio de 2021

miércoles, 7 de julio de 2021

El paso de la luz. Blas Muñoz Pizarro

 



El paso de la luz
Doce poemas encadenados
Blas Muñoz Pizarro
Isla Negra Editores / Crátera Editores, 2021


Estimado lector, el libro que tienes ahora en tus manos es el fiel destello de una luz transfigurada en materia orgánica: luz vibrante, tangible, estética, que se refracta en doce haces con forma de poemas encadenados, que abarcan desde el amanecer hasta el mediodía, desde diciembre hasta noviembre, en los que el poeta eterniza algunos instantes de su vida antigua y presente, versificados en endecasílabos blancos de una belleza léxica y sonora ignotas.


Seis años después de la publicación de su antología personal, De la luz al olvido, Blas Muñoz Pizarro nos ofrenda un nuevo poemario donde de nuevo la luz, la conciencia iluminada por el recuerdo, y viceversa, adopta un papel protagónico. Tal vez epígono de aquella, esta luz -azarosa, exhausta-, cuyo tránsito el poeta nos muestra ahora, es la que le devuelve el espejo gris de su memoria, donde con fría pasión aún trata de reconocerse.


Fracciones de una ausencia, el tránsito de la luz, y del poeta, de una intensidad a otra, del fulgor a la transparencia, tamizado de nostalgia, encuentra en las ilustraciones del joven artista plástico argentino Pablo Santin, que acompaña cada poema con un dibujo original, su reflejo fiel, dando lugar a una suerte de écfrasis invertida donde las manchas de las imágenes y los recursos fónicos, gramaticales y semánticos de las palabras dialogan en delicada e íntima armonía.


Los efectos de este diálogo de medios, generaciones y fronteras consiguen hacer de este libro que tú, lector estimado, ahora tienes en tus manos, un artefacto de luz sublimada, el testimonio feraz de un cuerpo cuya luz ardió y aún se consume.


Entonces. Como siempre. Fiat lux.



Gregorio Muelas Bermúdez



domingo, 4 de julio de 2021

Planos cortos. José Luis Morante

 



Planos cortos
José Luis Morante
Trea Ediciones, 2021


José Luis Morante es uno de los mayores cultivadores del aforismo en nuestra lengua, el decir breve y luminoso que caracteriza al género encuentra en el escritor abulense un tono particular que se expresa en los diversos títulos que jalonan y avalan su obra, no solo como creador, en Mejores días (De la Luna Libros, 2009), Motivos personales (La Isla de Siltolá, 2015), y ahora con Planos cortos (Trea, 2021), sino también como responsable de la edición crítica de Aforismos e ideas líricas de Juan Ramón Jiménez (La Isla de Siltolá, 2018), y antólogo en 11 Aforistas a contrapié (Ediciones Liliputienses, 2020).


Como podemos observar el aforismo constituye una parte fundamental de la obra literaria del escritor afincado en Rivas Vaciamadrid, una obra reconocida con prestigiosos premios, como el Luis Cernuda por
Causas y efectos, el San Juan de la Cruz por Largo recorrido y el Hermanos Argensola por La noche en blanco. Una amplia obra en la que destaca, además de su faceta lírica, de la que dan buena cuenta las antologías Mapa de ruta (Maillot Amarillo, 2010), Pulsaciones (Takara, 2017) y Ahora que es tarde (La Garúa, 2020), su trabajo crítico, con sus ediciones para la prestigiosa colección Letras Hispánicas de Ediciones Cátedra: Arquitecturas de la memoria (2006), sobre Joan Margarit; Ropa de calle (2011, ampliada en 2017), sobre Luis García Montero; e Hilo de oro (2014), sobre Eloy Sánchez Rosillo.


José Luis Morante nos ofrece ahora una nueva entrega aforística y lo hace de la mano de una de las editoriales señeras del género, Ediciones Trea, y con un rótulo harto significativo,
Planos cortos, que remite tanto a la brevedad como al motivo principal que los impulsa y reúne: el cine, “oficio de la luz”, como lo define el autor en el aforismo que inaugura el libro, o “poesía en los ojos”, como lo describirá al final.


El libro se presenta con un sugerente motivo de cubierta, debido a Fernando Menéndez y Mila García, y un preciso prólogo firmado por Juan Varo Zafra, que ya desde el principio señala el asunto del libro: "El modo complejo en que ese mundo se relaciona con el nuestro común". En efecto, cine y vida, vida y cine, son los ejes sobre los que se vertebra un discurso inteligente, no exento de cierto grado de melancolía, que hará las delicias de los amantes del arte de las palabras y el de las imágenes en movimiento.


En
Planos cortos tienen cabida frases de diverso calado y variada intención, desde los que rozan el discurso filosófico, con guiños a Platón, Hegel, Schopenhauer, Newton o Kierkegaard, hasta aquellos en los que autor manifiesta un inteligente sentido del humor que empleando la ironía a modo de escalpelo disecciona una realidad en ocasiones contradictoria. Pero sobre todo abundan los aforismos puramente cinematográficos, donde Morante demuestra su cinefilia, que se expresa desde una cierta nostalgia por el cine mudo y que abarca hasta el cine en 3D. Por el camino cita un largo repertorio de títulos, desde clásicos, como Star Wars, Hair o Blade Runner, hasta grandes películas contemporáneas, como Thelma y Louise, La vida es bella o Mar adentro.


Pero José Luis Morante también habla sobre cineastas de la talla de Walt Disney, Woody Allen, Pedro Almodóvar o Pier Paolo Pasolini. Así, del creador de la factoría de los sueños dice:


“Por las animaciones de Walt Disney sobrevuelan, sin juncos ni fango, los élitros transparentes de las libélulas.”


Del neurótico neoyorquino dirá:


“La tacañería de Woody Allen toca el clarinete por no pagar los portes del piano.”


Y sobre el irrepetible e incomparable cineasta italiano:


Pier Paolo Pasolini. Cuánto asusta la mirada inquisitorial de la coherencia.”


En el libro también subyace la visión crítica del autor, que en ocasiones adopta el tema principal para cuestionar ciertos aspectos de la realidad cotidiana, veamos algunos ejemplos paradigmáticos:


Desconfianza en el día del espectador. El evento presiente la diversión en rebaño.”


Nunca claudica el ojo del censor; ha borrado las rayas de la cebra.”


La vida social no existiría sin el cine. Somos una incontenible avalancha de actores.”


Además, los aficionados al cine podrán degustar comparaciones y descripciones de lo más ingeniosas, entre las primeras destaca al señalar Hollywood como un territorio onírico, perteneciente a una geografía legendaria, donde también se hallan la Atlántida, Ítaca, Icaria y Utopía; y entre las segundas, cuando dice del Neorrealismo italiano de posguerra: “Las imágenes en blanco y negro atenúan el hedor de la calle. Comida a medio hacer.”


Existencial, en ocasiones transido de nostalgia y siempre lúcido, José Luis Morante nos ofrece, en definitiva, un libro rico en matices, meditativo, comprometido, tal y como describe el autor en este magistral aforismo que remite al título del conjunto:


El aforismo parte desde la conciencia. Es testigo implicado; la visión de un director que dispersa planos cortos.”


Continuará.


Gregorio Muelas Bermúdez



domingo, 27 de junio de 2021

Estanterías vacías. Ricardo Bellveser

 



Estanterías vacías
Ricardo Bellveser
Olé Libros, 2020

Cumbre y vacío

____________________

Gregorio Muelas Bermúdez


El aedo valenciano Ricardo Bellveser (1948) rotula su último poemario con el significativo título de Estanterías vacías, he aquí el libro de madurez de un poeta maduro, este pleonasmo podría presuponer que nos encontramos ante la cumbre o el canto de cisne de su autor, sea o no así, lo que está claro es que este poemario está llamado a ocupar un lugar de excelencia en el ideario lírico de nuestro tiempo, por muchas razones, veámoslas.


En primer lugar cabe destacar el impecable trabajo de edición de Olé Libros, que de la mano de su director, Toni Alcolea, viene desarrollando desde hace unos años una extraordinaria labor a favor del género poético, que la convierten en una de las editoriales independientes de mayor proyección en nuestro país. El libro aparece en su serie mayor, la colección "Vuelta de tuerca" donde han visto la luz antologías de voces consagradas, como Jaime Siles, Francisca Aguirre, Rafael Soler, José María Álvarez o Luis Alberto de Cuenca y lo hace de forma primorosa, hasta un punto en que continente y contenido se imbrican con total armonía, así el blanco que domina la portada simboliza ese vacío de los anaqueles de la biblioteca del autor a los que hace alusión el título; por su parte, las letras, horizontales como las huecas repisas que de aquella han quedado, y su color negro, marcan el último vestigio de lo que fuera una vasta sucesión de lomos y de cuyo escrutinio dan fe los cuatro volúmenes sugeridos por el troquelado de la cubierta.


Pero no acaban ahí los cuidados de esta edición, pues al abrir el libro nos encontramos con una bellísima lámina a modo de guarda, la ilustración, obra del pintor de Gandía Alex Alemany, no deja lugar a dudas, aquí se nos presentan las desnudas estanterías de la biblioteca del poeta, una visión desoladora que introduce perfectamente el libro, no por la evidencia de la imagen que muestra, sino por la fuerza expresiva de los trazos del artista, que ha sabido recrear de forma fiel el ánimo de Ricardo Bellveser durante el proceso de escritura de esta obra, que me aventuro a calificar de maestra.


Pero no acaban ahí las sorpresas que hacen de este volumen una exquisitez para el lector exigente de poesía, antes de abordar las composiciones del vate valenciano, se nos presenta un extenso prólogo firmado por el mejor conocedor de la obra lírica de Bellveser, el también poeta, además de excelente crítico, José Antonio Olmedo López-Amor, que bajo el epígrafe "Sinceridad, amor y escalofrío" redacta un texto a la altura de los versos que introduce, unos versos que según Olmedo suponen «la cumbre de la emotividad bellveseriana». De acuerdo con José Antonio, nos enfrentamos a un poemario crepuscular donde «no encontraremos más que verdad» en sus ochenta páginas.


Las treinta y cuatro composiciones que integran e
l poemario se estructuran en cuatro partes, que como las columnas jónicas de un templo sostienen la arquitectura de unos versos de ritmo imparisílabo, sus títulos no pueden ser más elocuentes: la primera adopta el título del libro, "Las estanterías vacías", metáfora que articula el conjunto; la segunda, "Bibliotecas vaciadas", extrapola lo ocurrido con la suya a otras célebres sobre las que se ha fundado nuestra cultura; la tercera, "Asuntos fronterizos", supone el segmento más extenso y en él se ocupa de los temas más trascendentes, como la vejez, la enfermedad o la soledad, de los que luego hablaremos con detalle; y por último, en "Decepción" el poeta canta a la desesperanza, y en fin, al género que le ha dado tanto todo.


Dos citas, de Oscar Wilde y Francisco de Quevedo, introducen el tema principal de la primera parte, a saber: la pérdida de la biblioteca, irreparable para cualquier escritor que se precie, donde «aquel griterío, se ha transformado / en silencio y ausencia de las cosas». En efecto, la desaparición de las voces que antes poblaban los estantes hacen de su «amada librería de ayer» un desierto donde «todo anuncia el fin y el fin adviene».


Otra cita, esta vez de Jorge Luis Borges, nos anticipa el contenido de la segunda parte, “Bibliotecas vaciadas”, integrada por cinco composiciones donde Ricardo Bellveser versifica las bibliotecas más célebres del mundo clásico, comenzando por la biblioteca de bibliotecas, la de Babel, ideada por el gran escritor argentino. De la biblioteca de Asurbanipal, en Nínive, a la del Foro de Trajano, en Roma, pasando por las no menos insignes de Alejandría y Pérgamo, Bellveser pergeña la eternidad de la conciencia, de la inteligencia, del pensamiento como una sucesión infinita de pasillos donde la razón y el orden delimitan el caos de los hombres, efímeros, mortales, como el humo y las llamas que devoran la memoria escrita.


La tercera parte, “Asuntos fronterizos”, constituye el cuerpo central del poemario, aquel donde el autor aborda los temas más graves, los más dolientes, y por ende, los más trascendentales, como la vejez, donde ya cumplidos los setenta asevera: «me aboco a este período / con la convicción del kamikaze / y la resignación del santo»; los virus, «destructores», «incompatibles con la vida», que van a ser los que ocupen el espacio antaño reservado a los libros, de tal forma que lo que antes rebosaba de vida ahora se aboca a la muerte porque para Ricardo Bellveser esas estanterías vacías que dan título al conjunto son una sutil metáfora de la muerte; y la subsiguiente enfermedad, que en palabras del poeta es «una crisis, un desorden, un caos». Aquí el presente del poeta se ve trastocado de forma súbita, feroz, como señala en estos acerados versos del poema “La vejez cierta”: «Hace poco los médicos / me dijeron que tengo los / días contados, y quién no». Así nos los indican también los abruptos encabalgamientos que se suceden en esta y otras composiciones, así el desequilibrio vital que supone una noticia de tal índole se traslada también a la forma del poema. Aquí el tono se vuelve más íntimo, casi confesional y de una veracidad apabullante, sorprende el estoicismo del autor a la hora de versificar la gravedad de su estado de salud: su visita a los quirófanos, donde «al regresar del sueño / he comprobado que mi carne / tiene prisa por reunirse con la muerte»; la soledad total que «es la soledad del nicho» y donde traza un bellísimo paralelismo con «la soledad del libro no leído». Toda esta parte huele a despedida, a un adiós sereno donde el poeta presiente la sombra estéril que sigue al último aliento y donde no falta la nostalgia, que trae la vivencia de un día hermoso que recuerda todos los vividos, o la visión de las adolescentes con sus risas y que caminan cogidas del brazo o a las que un soplo de aire levanta las faldas, imágenes que le devuelven al poeta imágenes de un pasado redivivo. La proximidad de la muerte anunciada impele al poeta a tomar conciencia del alrededor, de las cosas de la vida, más fáciles de pasar que de pensar, más difíciles de imaginar que de vivir.


La cuarta parte, “Decepción”, viene precedida por dos citas, de Antonio Machado y Jorge Guillén, que sitúan al lector en la tesis de los ocho composiciones que la integran, aquí se acaba el camino, donde al final aguarda la nada, así lo atestigua el poeta en la segunda estrofa del poema que abre y da título a esta última sección:


«Aquellos valores en los que tanto creí

se han convertido en humo, en polvo,

en nada de importancia, en ensoñaciones,

porque la banalidad se entroniza

ante mis ojos velados por la decepción.»


Invadido por la desesperanza, el poeta siente que «el desencanto ha transformado / en desaliento todo cuanto me rodea», ahora la «primavera de la noche» con la que tituló su anterior trabajo y que apuntaba a esa fase final de la vida como un tránsito de paz hacia esa noche que no es más que una metáfora del fin ineluctable, se ha visto truncada por un invierno que el poeta sabe demasiado cercano, por eso se pregunta si aún cantan los pájaros pues su mudez es el signo inequívoco de su llegada.


Los tres últimas composiciones del libro abordan el ars poetica de su autor, tres visiones metaliterarias donde Ricardo nos recuerda que «el más minúsculo poema tiene su vida» y la vocación de eternidad que tienen todos sus versos aunque el tiempo, como nos recuerda, es invencible. No obstante, Bellveser agradece a la poesía la posibilidad de haber recorrido mundos tangibles e imaginarios y, sobre todo, la oportunidad, y la emoción, de dialogar con los lectores del futuro, a los que dedica un tríptico encabezado por la oportuna cita de Abraham Lincoln: «Los libros es donde los muertos hablan a los no nacidos». De esta forma, el poeta seguirá estando cuando ese lector desconocido lea sus versos.


En conclusión, Estanterías vacías es un poemario elegíaco donde la melancolía se ve tamizada por las ansias de vivir, de seguir estando en el mundo. He aquí un libro de una gran hondura que a pesar de la gravedad del asunto principal es profundamente lírico y que a buen seguro permanecerá en el imaginario de nuestro tiempo como una forma de resistir al manotazo duro que se anticipa visiblemente al calendario.


Reseña publicada en el nº 8 de CRÁTERA Revista de crítica y poesía contemporánea

Especial monográfico JUAN GIL-ALBERT