lunes, 5 de octubre de 2015

Bajo la luna de Kislev. Mila Villanueva

 
 



Bajo la luna de Kislev
 
Mila Villanueva
 
Lastura, Ocaña, 2015
 
 
 
Publicado por Lastura en la Colección Concilyarte, Bajo la luna de Kislev es el cuarto poemario de la escritora y gestora cultural Mila Villanueva. Esta poeta gallega es un referente de la poesía japonesa en Valencia, ciudad donde reside, de hecho sus tres libros anteriores son colecciones de haikus: Na Distancia (Taller del Poeta, 2010), La Luz de agosto, en coautoría con Orlando Jorge Figueiredo (Concilyarte, 2011), y A la luna de Valencia (Lastura, 2014). Mila ha participado también en numerosas antologías, como PoeMARio (Taller del Poeta, 2010), Esta palabra mía (Republicanos de Rocafort, 2014), Y era por mayo (Lastura, 2014), Angrois (Amigos del Camino de Santiago, 2014) y Un viejo estanque (Comares, 2014).
Nos encontramos con una autora con obra y consecuencia, que desde la presidencia de la asociación cultural Concilyarte se ha convertido en una gran animadora de la vida cultural en Valencia, coordinando exposiciones de pintura, fotografía y poesía visual, y organizando numerosos e interesantes recitales en lugares emblemáticos de la capital del Turia.
El poemario que nos ocupa cuenta con un extenso y bello prólogo de Antonio Praena, una de las voces más destacables del panorama poético nacional. Bajo el título “La inocencia de la Luz”, Praena nos introduce en el tema del poemario: Jesús de Nazaret a través de algunos episodios significativos de su vida, recreados en verso por la ingeniosa pluma de Mila Villanueva. Como bien señala Praena éste es un libro valiente pues no es usual en la lírica de nuestros días encontrar un libro que verse sobre los Evangelios de una forma sencilla y profunda, con una mirada inocente y una humildad realmente admirable. Nos encontramos pues ante un libro de poesía mística con un mensaje de hondo calado.
Bajo la luna de Kislev, cuyo título alude a la luna en la que algunos estudiosos han datado el nacimiento de Cristo, está compuesto por treinta y tres poemas, que son los episodios que Mila Villanueva ha elegido para recrear un tiempo donde el milagro formaba parte de la vida cotidiana. Así se suceden con sabia longitud varios milagros poetizados con elegancia, es el caso de la gestación de Jesús en el vientre inmaculado en “Isabel”, la aparición del cometa como signo de buen presagio en “Pastoreo”, o el alumbramiento en “Natividad”. A continuación se aborda la sorpresa de varios personajes ante la visión del Nazareno, es el caso de Simón, María Magdalena, María o la Samaritana. Conmovedores son los poemas que dan cuenta de otros milagros, como aquel del caminar sobre las aguas en “Pasos”, la sanación de los pies de “El paralítico”,  el regreso al mundo de los vivos de “Lázaro” o el alivio de las llagas del cuerpo de “El leproso”. Le siguen los días y los gozos de las obras de Jesús en el monte Tabor, entre los olivos y a orillas del lago. Todo nos conduce en una sucesión cronológica de los hechos a los últimos poemas, que dan cuenta de la Pasión de Cristo, son poemas de una gran densidad expresiva y con un empleo magistral de la elipsis, he aquí varios ejemplos: Fue tan sólo un segundo, /mas tan hondo de cordura, /un segundo tan vivo,/ que abrió de par en par/ las puertas de la luz/ cuando caía ya la noche/ en el Monte Calvario. (“Dimas”); Tú mismo/ partido y repartido/ y siempre uno/ entre nosotros. (“El reparto”); o ese terceto final, genial colofón  de una vida entregada a los otros, en “Noli me tangere”: Él ha vuelto, está aquí,/ tan verdaderamente cerca,/ que jamás podrás verlo ni tocarlo.
En definitiva, Mila Villanueva demuestra poseer una fe inconmensurable en el poder sanador de la palabra en un poemario inusual por su propuesta, alejada del mundanal ruido, que nos ofrece algo muy necesario para sobrevivir en un tiempo de crisis: serenidad y esperanza.

 


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