Modos de concebir la tarde
Carles Santaemília
Editorial Denes, Paiporta, 2006
Obra ganadora del V Premio Paiporta de Creación
Poética, Modos de concebir la tarde
es un poemario que recopila 38 modos de concebir la vida y sus circunstancias
desde un punto de vista trascendental, que se interroga sobre la existencia
pero con un agudo sentido del humor que le sirve a su autor para realizar una
crítica velada a una sociedad adocenada, autocomplaciente, abúlica, inmersa en
el conformismo y herida de hipocresía, un mundo que vaga sin rumbo hacia su
epílogo final.
Estructurado en tres partes, en la primera,
“Evidencia (Caída)”, Carles Santaemília revela la decadencia de una sociedad
abocada a caer en el abismo, sumida en la bancarrota, que “restringida su luz”
camina por la sombra, en este sentido el autor no duda en emplear el símil para
poner al hombre en solfa ante sus propias circunstancias. Un hombre que teme el
inexorable paso del tiempo pero no sabe qué hacer con él, que lo maquilla con
“Cosméticos” o lo mata en ocios de una vacuidad ominosa (“Tómate tu tiempo”).
En la segunda parte, “Contemplación”, el espacio de
la naturaleza asume el protagonismo y se confronta a la obra del ser humano, a
su obstinación por cambiar el paisaje, por adaptarlo a sus necesidades
económicas, he aquí una poesía con cierto aire satírico que emplea el humor de
una forma muy inteligente para erigirse en testimonio de un mundo que se aleja
cada vez más de sus orígenes. El hombre es ese “alpinista del tedio” que
siempre sueña con “alcanzar la cumbre” y en ese ascenso no es capaz de sentir
la plenitud de todo aquello que le rodea, es la cruz de la moneda lanzada al
aire, “para el ave es haiku/ un apunte en la oda del paisaje” (“En
perspectiva”), que envidia la perfecta geometría de la naturaleza y que se
empeña en construir con la esperanza de que algo perdure. Pero también la
memoria es paisaje, paisaje interior que selecciona, ordena y borra los
recuerdos trashumantes, sólo la memoria puede encontrarle al tiempo su talón de
Aquiles (“Perspectiva engañosa”).
En la tercera parte, “Vuelo”, nos hallamos ante una
poesía más sensorial, más abstracta, que surge a través de situaciones
cotidianas, así la farmacia, el bar o el cine se convierten en lugares donde la
poesía fluye a veces reveladora, otras amarga.
En definitiva, Carles Santaemília es un poeta a
tener en cuenta, que hace gala de un lenguaje actual, cuajado de palabras que
ya pertenecen al más reciente acervo popular, como “Tetris” o “Scalextrix”,
para trazar un mapa de ideas y sentimientos ecléctico y nostálgico, no exento
de desencanto. Una lectura muy recomendable para propiciar una mirada
introspectiva, conciencia adentro.
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