La vida en un instante
Herme G. Donis
Editorial Cuadernos de humo, Brooklyn, 2015
La Editorial Cuadernos de humo, sita en Brooklyn,
Nueva York, publica en el número seis de su exquisita colección de poesía, el
nuevo poemario de la poeta vallisoletana Herme G. Donis, La vida en un instante.
El poemario cuenta con dos grandes alicientes, por
una parte, las ilustraciones del escritor y editor Hilario Barrero, autor de
los cinco dibujos, incluyendo el de la portada, que acompañan a los textos con el
original estilo que le caracteriza, y por otra, un breve y acertado prólogo del
poeta y crítico literario José Luis Morante, que lleva por título “Sin alzar la
voz”.
Lo primero que llama la atención es el formato, pues
nos encontramos ante una edición limitada, numerada y firmada por la autora,
que reúne cincuenta haikus de la más diversa índole, fruto de la experiencia y
la reflexión inspirada por una naturaleza que se presenta, unas veces como
espacio para el milagro cotidiano, y otras como lugar donde aún se vislumbra el
misterio, pero siempre como fuente para el discernimiento y el sentir profundo
que anida en las cosas sencillas. A ese mesurado ejercicio de sencillez se
entrega Herme G. Donis para alumbrar estos haikus, algunos muy fieles al
espíritu japonés, basten tres ejemplos para ilustrar lo dicho anteriormente:
En
el sendero,
leve
rastro de plumas
lleva
hasta el nido.
Pájaro
amigo,
cuando
me veas triste,
dame
tu canto.
Hojas
al vuelo.
El
campo se ilumina
de
estelas rojas.
Sin duda, Herme conoce la tradición y bebe
directamente de ella, sólo así puede hacerse eco del amplio mapa temático que
caracteriza a esta forma milenaria, en este sentido, sobresalen los que
podríamos llamar “haikus crueles”, que no debemos olvidar que se trata de la
respuesta taoísta al denominado “haiku de compasión” cultivado por los budistas,
he aquí dos espléndidos ejemplos:
El
perro aúlla.
Una
mano infantil
esconde
el palo.
Cesa
la lluvia.
Sobre
las aguas lucha
un
ave herida.
Los haikus se suceden con una leve división interna,
donde la autora hace alusión a dos lecturas diferentes pero igualmente
luminosas: del poeta chino Lu Xun, verdadero padre de la literatura moderna en
China, y del poeta libanés Abbas Beydoun. Resulta curioso constatar que ambos
autores escribieron su obra poética en prosa, sin embargo, Herme se hace eco de
su espíritu de lucha y su indagación en lo cotidiano para vehicular una serie
de poemas breves que van más allá del sentido clásico del haiku japonés al
reflexionar sobre problemas sociales:
Como
esa flor
en
la grieta del muro
sobreviviendo.
En definitiva, Herme bebe de Oriente pero en el sentido
más amplio, pues en la manera de concebir la realidad que le circunda encuentra
el haijin las palabras adecuadas para eternizar esos instantes que conforman la
vida.
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