sábado, 17 de septiembre de 2016

Poemas. Robert Graves

 
 


Poemas
Robert Graves
Editorial Pre-Textos, Valencia, 2005
 
 
Editorial Pre-Textos publica en el número 750 de su espléndida Colección “La Cruz del Sur” una amplia muestra representativa de la obra poética de Robert Graves (1895-1985). La edición y traducción corren a cargo de Antonio Rivero Taravillo, que realiza una excelente labor tanto en la selección como en la versión en español de los poemas seleccionados, acompañando la edición con una acertada introducción que presenta al Graves “Poeta”, como reza en su humilde tumba sita en Deià, el pueblo mallorquín en el que residió media vida.

Más conocido por sus novelas históricas, como Yo, Claudio, Claudio el dios y su esposa Mesalina o El Conde Belisario, el autor londinense siempre se consideró ante todo poeta, una faceta algo ensombrecida por la merecida fama de su obra narrativa, cuentos y novelas, sus memorias de juventud o recuento vital Adiós a todo eso, y sus ensayos de investigación mitológica, como La Diosa Blanca o Los mitos griegos. Una vida y una obra, que en el bardo inglés vienen a ser una y la misma cosa, que Antonio Rivero Taravillo secciona en tres fases vinculadas a las mujeres que compartieron e influyeron en su vida: Nancy Nicholson, Laura Riding y Beryl Hodge.

Antonio Rivero Taravillo realiza un recorrido cronológico por la ingente obra poética de Robert Graves, en una edición bilingüe que arranca en sus poemas sobre la Gran Guerra, como testigo directo de los horrores de la contienda en el frente de Francia, alistado en los Royal Welch Fusiliers, una agraz experiencia que compartió con su amigo Sigfried Sassoon (1886-1967). Así se presentan composiciones de sus primeros poemarios, publicados en plena conflagración mundial, Junto a las brasas (Over the brazier, 1916) y Hadas y fusileros (Fairies and Fusiliers, 1917).

De hecho abre la antología el poema “La mañana anterior a la batalla”, he aquí la primera estrofa:

La lucha hoy, mi fin está muy cerca,
y firme es la sentencia de mis horas:
lo supe ayer, andando al mediodía
por un jardín desierto y con mil flores.

A continuación “El amor perdido” introduce uno de los grandes temas de su poesía, el amor y la mujer como materialización de esa diosa blanca a cuyo estudio consagró una parte significativa de su vida.

Antonio Rivero Taravillo reúne lo más granado de su amplia producción poética, incluyendo las diversas colecciones en las que fue engrosando o podando sus versos, siendo la más completa la publicada por Cassell en 1959. En total sesenta y seis poemas que demuestran la absoluta destreza y el dominio del ritmo y la lengua de un autor fundamental, cuya poesía está aún por redescubrir en España, de ahí el loable trabajo del poeta afincado en Sevilla por ponerla a nuestro alcance con respeto, admiración y belleza, como en este breve poema, “El mar estrecho”:

Contigo como mástil y bandera,
mi velamen y ancla,
el mar estrecho pero opresivo de la muerte
no me parece innavegable.
 
 
 
 
 
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez
 
 
 



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