sábado, 4 de agosto de 2018

Poemas desde mi jardín. Alfonso Aguado Ortuño

 
 


Poemas desde mi jardín
Alfonso Aguado Ortuño
Ediciones Frutos del Tiempo, Elx, 2010
 
 
Ediciones Frutos del Tiempo / Ediciones para los amigos publicó en 2010 Poemas desde mi jardín de Alfonso Aguado Ortuño, un poemario integrado por cuarenta y una composiciones de carácter breve. Se trata del n.º 15 de la colección “Los Cuadernos Imposibles”, dirigida por Pedro J. Serrano y Javier Cebrián. Me parece importante señalar quiénes son los artífices que hacen posible, gracias a su desvelo y tesón, el fondo de muchas iniciativas editoriales sin las cuales el panorama de la poesía actual en lengua española sería más tenue. Volviendo al libro, nos encontramos ante una cuidada edición que se nos revela desde la misma cubierta, con esa delicada rosa que figura en portada, acuarela de Elvira Roch Minué.

Ya en su interior, los poemas se suceden sin división en partes, como un continuo fluir de versos en armonía, introducidos por una deliciosa cita de Arthur Rimbaud. Los poemas que aquí se agrupan, en los que predomina el endecasílabo y el alejandrino, destilan un aroma decadente en el mejor sentido, pues Alfonso Aguado Ortuño, prolífico creador que se mueve con soltura en diversos campos, como la pintura y el diseño, siendo un destacado poeta visual, habla desde su “fúnebre jardín” donde “huele a humedad y a abubilla”, así entre una variada flora (pinos, malvas, cipreses, morera, lantana, agapanto, algarrobo, limonero, higuera, hibiscus, ginkgo, jazmín, cerezo, petunia, adelfas, glicinias, zinnas…) y fauna (córvidos, cornejas, vencejos, gatos, lagartijas, culebras, arañas, pulgones, hormigas, cochinillas, ciempiés, luciérnagas, mariposas…) se yergue un cementerio viviente donde cuando el poeta lo abandone para siempre “crecerá la maleza”.
 
Destaca el poema dedicado a Volney ("Me rige un dios de sepulcros y ruinas"), conde ilustrado, filósofo y orientalista francés, autor de la mítica Las ruinas de Palmira o Meditaciones sobre las revoluciones de los imperios (1791), que ejerció una gran influencia en la literatura gala del siglo XIX.

En definitiva, Alfonso Aguado Ortuño nos ofrece un poemario repleto de hallazgos y de ritmo donde demuestra una especial destreza en la combinación de elementos claros y sombríos, marca de un autor inquieto a tener muy en cuenta.
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez



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