viernes, 30 de diciembre de 2016

El verano de los cazadores de luces. Paco Moral

 
 


El verano de los cazadores de luces
Paco Moral
Lastura, Ocaña, 2016
 
 
El verano de los cazadores de luces es el bello y sorprendente título del nuevo poemario de Paco Moral. El autor de Frutas y banderas (Ediciones Vitruvio, 2013), Cuando la noche calló sobre Lisboa (Celesta, 2012) o Libro de las cartas (Ediciones Vitruvio, 2008) publica en el n.º 52 de la Colección Alcalima de Editorial Lastura, dirigida por Isabel Miguel, un libro que destaca por su intención crítica y su empírica coherencia.

Dedicado a la poeta Ana Ares, a la sazón pareja sentimental del poeta madrileño y editor de Tigres de Papel, se abre con una cita de Cecilia Quílez que marca el tono del poemario: cantar hasta morir con la humildad de quien sabe por qué, para qué canta. Y sin duda Paco Moral sabe cantar con esa humildad y, sobre todo, con esa verdad que tan bien sabe comunicar “con todas las palabras”, diciendo “te amo” en libertad. Un primer poema de largo aliento que se constituye en verdadera poética.

El poemario se estructura en tres grandes apartados: “Infinit(iv)amente”, “Voz en off” y “Agujero para escapar de la red”; y una coda que hace honor a su largo y significativo título, “Poema casi sustantivo a modo de breve diccionario insurreccional que podría ampliarse en un futuro en función de cambios necesarios en la correlación de fuerzas”.

El estilo de Paco Moral es aparentemente sencillo pues se vislumbra un arduo trabajo de depuración ética y estilística, el poeta sabe bien lo que dice para hacer llegar su mensaje solidario (“llorar/ sobre la herida (propia, ajena)/ para cicatrizarla”) al lector activo, de conciencia abierta. Sólo así se hace verdad el poema, desde la necesidad de denunciar las injusticias que día tras día nos atropellan. Paco Moral alza su voz sobre la página para decir lo que siente y piensa desde su posición comprometida con la realidad. Así se hermana con el hombre, aunque a veces se disfrace de bufón, para cortar la soga que pende sobre nuestras cabezas. No es su poesía almibarada, ni habla de pájaros y ángeles, no aspira a una belleza superflua, nada de eso, se trata de una poesía donde “hablo de mí y de todos”, desposeído pero con la dignidad como norte y bandera.

Entre “amapolas y napalm” se tiende la humanidad, a ella le habla el poeta sin desdeñar la miseria, susurra y grita para ello “todas las palabras” porque son su patria. Una poesía así debe fluir libre, “como el humilde guijarro”, contra la tiranía. Por ello no duda en abrazar al otro, “ser/ tú/ yo/ nosotros”, sólo así se puede “curar/ el sufrimiento/ o compartirlo”.

Paco Moral toma la palabra, y por ende la poesía, como arma arrojadiza contra los que dinamitan la paz sembrando miedos y discordia. Escribe “en carne/ en piel/ en tuétano” con esperanza de futuro. Su verso vehicula su voz en forma de metralla para descerrajar verdades como puños contra la hipocresía y los intereses maniqueos del capital. Por eso su poesía se hace social, visceral, para denunciar un presente imperfecto y lo hace en un tono coloquial, inteligible, próximo al prójimo, al lector hermano con el que pretende dialogar y al que impele a “levantarse/ y luchar”, a jugar “a la revolución”.

En “Voz en off” recurre a voces amigas: Laura Giordani, Víktor Gómez, Ana Pérez Cañamares, Julio Obeso, entre otras clásicas, como Leopoldo María Panero, José Martí y Calderón de la Barca, para articular su discurso en forma de denuncia, desde la “nana” inicial (“La mosca en el ojo del niño...”) hasta los “unicornios azules” con licencia para soñar. Por el camino maldice a los poderosos, a los asesinos “que fabrican la bala”.

En “Agujero para escapar de la red”, el poeta encuentra un hueco en la persona amada: “adoro/ ese rojo indignado de tu rabia”, pues solo puede amarla “libre/ insumisa”. El discurso de Paco Moral es torrencial, se devana en matices para abarcar una realidad compleja y sombría, por eso recurre a las palabras como “briznas de hierba combativas” con la esperanza de “un pronto estío”.

La quintaesencia de su mensaje se sintetiza en un poema final que, como reza el título, se compone casi exclusivamente de sustantivos con una consecuente voluntad crítica, libre de prejuicios, casi en prosa y con ausencia de signos de puntuación que limiten el discurso para alcanzar la “victoria”.
 
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez
 
 
 



miércoles, 21 de diciembre de 2016

La nada que parpadea. Yaiza Martínez

 
 


La nada que parpadea
Yaiza Martínez
Ediciones La Palma, 2016
 
 
Ediciones La Palma publica en su colección eme, escritura de Mujeres en español, dirigida por Nuria Ruiz de Viñaspre, el sexto poemario de Yaiza Martínez, con el sugerente título La nada que parpadea.

El libro se abre con un excelente prólogo de Ángel García Galiano, donde el profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) transfigura el mito de Teseo y traslada el protagonismo a Ariadna porque “el hilo es el laberinto”. Un prólogo que anticipa el tono de un poemario que (des)construye la lógica del discurso tradicional para guiar al lector por su intricada estructura y alcanzar su centro-ojo.

Lo primero que reclama la atención del lector es precisamente la complejidad de su estructura, que podríamos definir laberíntica pues se divide en once partes cuyos títulos se erigen en verdaderos poemas introductorios, y un epílogo, “Jenabe”, que a su vez se subdivide en once partes con su propio epílogo, homónimo al que le sirve de referencia. Dentro de esta estructura-laberinto la palabra se convierte en el hilo al que debe asirse el lector para hallar el sentido último, Yaiza-Ariadna nos lo tiende a modo de discurso iniciático para conducirnos por este apasionante libro-laberinto.

Entrando en el poemario, podemos constatar su gran riqueza léxica, donde las palabras se hilvanan a medida que avanzan por su sinuoso discurso. La autora emplea términos como hidrargirio, fontanelas, fimbria, hato, micromeria, bitas, pajullo, etc, para cohesionar el lenguaje que le sirve de hilo, “que amarra la materia a la boca”, y afrontar las dificultades del camino.

El libro es el laberinto y Yaiza Martínez nos ofrece pistas para alcanzar su centro, desde donde el ojo, la nada del título, emite su parpadeo incisivo. Así la autora adopta una tipografía específica para ayudar al lector a encontrar su destino: negrita, cursiva, normal o entre corchetes, su uso se puede interpretar de acuerdo con el mito que inspira el discurso, donde a menudo se superponen e imbrican para multiplicar su sentido. Podemos entender el poemario como un relato mitológico, introducido por diversos capítulos donde se inicia un camino, vía, giro, y en cada recodo de su recorrido se expresa una voz interior que aconseja o recuerda para marcar sus hitos.

Yaiza Martínez teje su discurso de modo simbólico, en él están presentes el monstruo y el laberinto concéntrico, pero sus versos también se pueblan de referencias actuales donde se observa un mensaje crítico con la realidad del momento, veamos un ejemplo:

Quien no pise primero, resultará aplastado en el len-
guaje de las hienas que hizo ruta para la industria
y todos
sus negocios
verticales’

Simbólico, crítico y en ocasiones críptico, el discurso que hilvana la autora nos conduce, sin duda, al centro, donde “Siempre que parpadea/ la nada talla un escorzo”. La autora no duda en alterar o distorsionar los signos de puntuación, incluso la lógica del discurso, para alcanzar su objetivo. Pocas veces el fondo y la forma encuentran una correspondencia tan perfecta en la geometría de un libro, que finalmente reclama “Independencia y vitalidad”.
 
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez
 
 
 



domingo, 18 de diciembre de 2016

Si te echan mano al cuello, encontrarán la soga. David González

 
 


Si te echan mano al cuello, encontrarán la soga
David González
LeTour1987, Extremadura, 2016
 
 
David González (Gijón, 1964) publica el Cuaderno 3 de la serie “Los que viven conmigo” con un título desesperado, desgarrador, premonitorio: Si te echan mano al cuello, encontrarán la soga. El libro, que es una belleza en sí mismo, contribuye a ello la sugerente fotografía de portada de Vincent Minor, lo edita con primor LeTour1987 en el número nueve de su colección de poesía Tourmalet.

Poeta de culto, con una dilatada trayectoria, que se inicia en 1998 con Ley de vida (DVD Ediciones), David González hace gala de un estilo muy peculiar, que evita las mayúsculas y los signos de puntuación, y hace un uso significativo de la cursiva y de las conjunciones y/ o, donde adopta el lenguaje coloquial, cotidiano, para trenzar un discurso aparentemente sencillo con los mimbres de una realidad sucia y compleja.

El poemario no dispone de una estructura externa que organice su contenido, más bien se trata de una colección de poemas con un riguroso orden interno. El primer poema es paradigmático y determina el tono de denuncia que domina todo el conjunto:

ORIGEN

no es
una manzana
la que corrompe
y pudre
a las otras:

es

el cesto:

El final de cada poema viene acompañado de una cita que lo inspira y que completa su significado, así algunas resultan sorprendentes, como las de Rammstein, banda alemana de metal industrial, y las de William S. Burroughs Jr., hijo del beatnik, maldito y tempranamente desaparecido. Pero hay una que explica la vocación del poeta: “escribir ayuda a recordar” (Charles Simic) y que le sirve al autor para definir su oficio: “nos devuelve/ la memoria”.

David González apunta sus dardos al centro de la autoridad y de la hipocresía, para ello hilvana un discurso “a prueba de cuentistas/ estafadores o ladrones”, y no duda en apelar a la conciencia del lector con imágenes crudas y de rabiosa actualidad. El cine (Full Metal Jacket) y la historia (Pickelhaube, Amalia Vourenka) son otros temas que le incitan a empuñar la pluma con actitud crítica.

El poemario culmina con un extenso poema epílogo en prosa, “Mala cabeza”, donde David González evoca la figura de Margaretta, “una joven alta”, “escurrida de carnes”, “natural de las llanuras húngaras”, y relata su experiencia amorosa con ella desde el frío en los Jardines del Muelle de Oriente a la pasión lírica de un anhelado verano que “en Gigia, no existe”. Y es precisamente ese frío, que no deja en paz a la protagonista, el que devuelve la memoria de la madre de Margaretta, que fue deportada a la Rusia de Stalin, el dictador cuya mala cabeza “envíó al poeta Varlam Shalamov al gulag, a Siberia”.
 
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez


 


martes, 13 de diciembre de 2016

Un mismo viento. Ana Noguera * Luis García Trapiello

 
 


Un mismo viento
Ana Noguera Montagud * Luis García Trapiello
Telos, 2016
 
 
Un mismo viento aúna las voces poéticas de dos autores, una mujer, Ana Noguera Montagud (1964), y un hombre, Luis García Trapiello (1949), ambos filósofos y articulistas en el periódico El País, para hilvanar un discurso paralelo que denuncia con vehemencia una de las lacras que más atormentan a la sociedad de nuestro tiempo, me refiero, sin duda, a la violencia de género, ejercida de muy diversas maneras, y que siempre deviene en fatal consecuencia. De ahí que este poemario, cuyo título remite a la paridad y la equidad, sea de necesaria lectura para comprender una realidad compleja que los autores abordan desde una multiplicidad de matices que pone el acento en las injusticias y apela al amor como instrumento útil para contrarrestar sus efectos.

La cita inicial, “Iguales porque somos libres”, es toda una declaración de principios morales y éticos en pos de la igualdad, sólo posible en el libre ejercicio de la libertad que se fundamenta en el derecho a la dignidad y el respeto. Un prefacio firmado por Pepe Reig Cruañes y que titula “Poesía para la igualdad”, fundamenta el libro y nos prepara para el extenso prólogo de Marina Gilabert Aguilar, que acierta a definir los temas que lo articulan: el amor, la vida y la muerte, temas que en sociedades patriarcales, feudales, a menudo se confunden, invirtiendo el orden de los factores y alterando el producto. Gilabert trenza sus reflexiones con los versos para ilustrarnos sobre el estado de la cuestión, dominado por patrones masculinos.

Antes de entrar de lleno en la materia del libro, cabe destacar la elegancia del mismo, que viene ilustrado por los árboles mecidos de Seve Trapiello. La igualdad a la que aspiran sus autores se expresa en los cincuenta poemas que lo integran y que se reparten a partes iguales, alternando sus voces con un mismo objetivo: concienciar sobre un problema tan cotidiano como execrable, pues el arte de la escritura es un eficaz medio para alertar sobre la discriminación por razón de sexo.

La “inocencia quebradiza” de “Muñecas rotas” denuncia el maltrato hacia la mujer “cuando ella aún era una niña”. “Infancias forzadas” ahonda en el mismo sentido: “el precio sórdido de su (la) niñez”, sobre el abuso cuando “el matrimonio no es voluntad de dos”. Cabe destacar la delicadeza de estilo, que sabe concienciar con gusto estético mediante el sabio empleo de figuras retóricas, como el símil en “Ópera de Dubaï”: “Colmena sin abejas/ sólo zánganos blancos”.

Los títulos de los poemas son muy significativos y consiguen sintetizar su mensaje, revelando una realidad que atenta contra los derechos de la mujer: “Mujeres invisibles”, “Desconfianza”, “Estéril llanto”, “Esclavas”, o “Desconocidas”.

Los autores exploran una amplia gama de géneros para hacer llegar su mensaje de forma sensible, desde poemas de un solo verso: “La noche. Puede que haya luna llena o luna nueva” (“Futuro”), hasta otros de largo aliento, pasando por composiciones con alma de haiku en “¿Quién hombre, quién mujer?”, he aquí un bello ejemplo:


Pétalos de cerezo
son las personas.
¿Encuentras diferencias?


Nos encontramos, pues, con un poemario de imprescindible lectura, donde sus autores hacen un ejercicio de justicia social al denunciar la situación de abuso y desigualdad que afecta a los derechos de las mujeres en múltiples esferas y ámbitos, y lo hacen desde la elegancia que les ofrece el lenguaje poético, haciendo uso de todos sus recursos para ahondar en las causas y consecuencias. Porque negar que Un mismo viento acaricia nuestros cuerpos, sin hacer distinción de sexo, sería como ir contra la naturaleza del deseo: “El viento abrió todas las puertas de los sentidos,/ de golpe, después la brisa durmió el cuerpo amado”.
 
 
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez
 
 
 
 



jueves, 8 de diciembre de 2016

Errata de fe. Carlos Roberto Gómez Beras por Carmen Z. Pérez

 
 



Muchas gracias a la Dra. Carmen Z. Pérez, Catedrática en la Universidad de Puerto Rico en Humacao, por citarme en su magnífico artículo “Una poesía con duende”, sobre el nuevo poemario de Carlos Roberto Gómez Beras, Errata de fe, que su autora leyó como discurso de presentación en la Feria del Libro de Santo Domingo, República Dominicana.

Artículo publicado en la web TodoLiteratura:

 
Una poesía con duende
 
La poesía lleva al mismo punto que todas las formas
del erotismo: a la indistinción, a la confusión de objetos
distintos. Nos conduce hacia la eternidad, nos conduce
hacia la muerte y, por medio de la muerte, a
la continuidad: la poesía es la eternidad.
George Bataille

Errata de fe es el título del más reciente libro de Carlos Gómez Beras. Con él se afianza en una fase de madurez dentro de su producción poética. Este libro constituye una prolongación de lo que, al referirse a su anterior poemario Mapa al corazón del hombre, sostiene Gregorio Muelas Bermúdez:
un extenso y riguroso trabajo donde el fundador de la editorial Isla Negra, …inicia una segunda etapa en su quehacer poético, donde lo social y lo existencial se imbrican con lo personal e íntimo para hilar un discurso polifónico de alto vuelo.
En esta obra nos reencontramos con “una poesía vital y erudita donde el autor canta a sus seres queridos y nos muestra algunos de sus grandes referentes literarios”, en palabras de Gregorio Muelas Bermúdez.
Desde el título, que invierte lúdicamente la frase que se refiere a la aceptación de algún error, el autor sugiere el reconocimiento de una manera distinta de ver el mundo, tal vez desde una óptica en la que se afirman algunas certezas y se descartan o se cuestionan ciertas creencias. No es casual que el libro inicie con el poema titulado “Errata de fe” en el que reclama la cercanía del lector (¿el “lector errado” al que se refiere Baudelaire en el primer epígrafe?) y termine con “Fe de erratas”, que nos remite al segundo epígrafe, perteneciente a la filósofa alemana de origen judío Hanna Arendt: “El error es el precio que cuesta la verdad; y la ilusión es el precio que pagamos por las maravillas de la apariencia”. Apariencia que hace de “un puñado de cabras”, “un rebaño de piedras” como revela Octavio Paz en el tercer epígrafe. El empeño por discernir entre la esencia y lo superficial, lo real y lo ficticio, la materialidad y el reflejo está presente como eje fundamental en este poemario. De ahí las múltiples alusiones a lo corpóreo (ojos, manos, labios, boca, lengua, piel, brazos, piernas) en contraste con el silencio, la sombra, los sueños, el reflejo. Por ejemplo, en el poema “Praga” nos dice: “así como en el agua lunar viajan los reflejos/ de lo que hoy somos y tal vez no seremos” (36); en “Al lector”, “este poema es sólo el espejismo del río que te riega” 115); en “El profeta” habla “del espejismo de lo cierto” y “los engaños del espejo” (139) y se manifiesta en todo su esplendor en el poema “Error”
El fuego fatuo que es la vida.
Las sirenas del engaño que conducen a Ítaca.
La venganza que se logra en un sueño.
El oropel del deseo cuando se confunde herida por labio.
El acertijo del amor cuando es, a la vez, nudo y espada.
La alquimia insensata de las palabras y los actos.
El travestismo infinito entre el cuerpo y el alma.
El espejismo que es la fe de los beduinos.
El mismo concluye con una especie de sentencia: “Sólo la poesía nos devela el cielo que hay en la caída.” (117)
El poemario está dividido en cuatro partes: Heridas como labios, Ocho estudios incompletos, Las cosas que perdimos en el fuego y Fe de erratas. En la primera se establece la estética predominante en la que prevalece el uso frecuente de anáforas, contradicciones y enumeraciones. En “The scent of a woman” dice:
Los cuerpos se mueven en los acordes
como ladrones entre huéspedes dormidos.
Los cuerpos dialogan empedernidamente
con un alfabeto de instintos, respiros y acechos.
Los cuerpos han dejado atrás sus lastres
para llegar a esta pausa que es final e inicio… (33)
La segunda, dedicada al amor, se distingue de las otras por la brevedad de los poemas -todos constan de tres versos de arte mayor- una versión personal del terceto, cercano al haikú japonés en cuanto a la conmoción espiritual que los mismos sugieren. Por ejemplo, en “Etude #1” dice: “Abro las puertas y las ventanas del alma/ para que el destino hurte lo que le pertenece/ y te lo devuelva latiendo, sangrando y tibio” (57). Al comienzo de la tercera destacan los poemas dedicados a Marcela, el “universo” del poeta. La nota sobresaliente en ellos es la inmensa ternura que se evidencia cuando afirma: “tu sonrisa es el horizonte donde nace/ el rojo sol de un alba sin ocasos” (77) o “tus pies son tan breves que caben en un beso” (79). Los otros poemas que componen esta parte están dedicados al tema de la paternidad; la presencia de la madre, la otredad, la muerte y culmina en la introspección. En la parte final “el autor se remite a la metapoesía y a otras recurrencias intertextuales que prueban que la poesía de Gómez Beras se traslada siempre al plano de la forma”, apunta Elidio La Torre-Lagares. Los títulos de algunos de los poemas nos ofrecen una idea clara de ello: “La poesía”, “Arte poética I”, “Arte poética II”, “El escritor y el autor”, “Para un poeta”, “Antipoética del origen”, “La metáfora”.
El continuo cuestionamiento de la palabra, la palabra como búsqueda, la palabra como epifanía, la palabra como fracaso, aparece de forma reiterada a través de todo el poemario. De la mano surge la importancia del silencio: “silencio entre las palabras” (19), “el lienzo azul del silencio” (23), “silencios sagrados” (23), “un silencio aturdido” (35), “las palabras y los silencios” (37), “frío como el silencio” (41) “el mar de los silencios” (53), “la sinfonía del silencio” (127), “y de los gruñidos nacieron las palabras/ y de los zarpazos brotaron los silencios” (133). José Luis Morante nos dice al respecto que Gómez Beras:
hace del sentir del poema un persistente elemento interior, asume la condición del poeta vate que transciende la lógica de las palabras para explorar huellas más profundas, para buscar los ecos de otras voces, para hacer de las palabras una declaración de fe en la que siga viva en el tiempo la estela de la propia biografía.
La Torre-Lagares concluye en su reseña sobre el libro que
La tarea del lenguaje es resistir la opresión del olvido, que a veces asoma como dígito del tiempo. De ahí, que la poesía haga las veces de su memoria, aunque, cuando se trata de amar, uno nunca mira el camino recorrido, sino los suspiros aún por llegar- los que ningún fuego consume.
He escuchado varias veces a Carlos Roberto comentar que la poesía no está hecha para entenderse, sino para sentirse. La poesía, el buen arte, en general, posee la capacidad de (con)movernos, provocarnos, perturbarnos: llevarnos al límite. En Teoría y juego del duende, el gran escritor español Federico García Lorca afirmaba que “el duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no un pensar… no es cuestión de facultad, sino de verdadero estilo vivo; es decir, de sangre…”. En la poesía de Gómez Beras encontramos ese poder, ese luchar, esa sangre; en definitiva, la suya es una poesía con duende.
 
Carmen Z. Pérez, Catedrática de UPR en Humacao
(septiembre-2016)
 
 




Referencias:

Gómez Beras, Carlos Roberto. Errata de fe. San Juan: Isla Negra Editores, 2015.

La Torre-Lagares, Elidio. “Lo que no consume el fuego: ‘Errata de fe’, de Carlos Roberto Gómez”.


Muelas Bermúdez, Gregorio. “‘Mapa al corazón del hombre’ de Carlos Roberto Gómez Beras”.


Morante, José Luis. “Latidos del poema”




martes, 6 de diciembre de 2016

Un instante de literatura. Entrevista en Radio Bost El Volander

 
 



El pasado 26 de mayo tuve el placer de ser entrevistado en directo por Okoriades Varacri (seudónimo literario de Juan Antonio López-Amor Martínez) para la emisora online Radio Bost, en el programa "El Viaje Infinito", espacio de tertulia en El Volander, café-pub sito en Calle Poeta Navarro Cabanes, de Valencia.

Allí tuve el honor de compartir espacio con otros artistas del ámbito valenciano, como los cantantes Javier Saez y Carlos Zanetti, que presentaban sus últimos trabajos discográficos, “Tu melodía preferida” e “Ilusiones de alta mar”, respectivamente; así como el poeta y productor de Televísame, Fernando Tornero, entre otros.

Aquí os dejo el podcast de la entrevista, “Un instante de literatura”, donde hablo de mis obras, de mis próximos proyectos y de mi visión general de la literatura:
 
 



lunes, 5 de diciembre de 2016

Simfonia per a un estat de coma. Ramon Ramon

 
 


Simfonia per a un estat de coma
Ramon Ramon
Perifèric edicions, Catarroja, 2011
 
 
Simfonia per a un estat de coma es el llamativo título del quinto poemario de Ramon Ramon (Catarroja, 1970). Publicado por Perifèric edicions en el número 16 de su colección de poesia, dirigida por Ramon Guillem, esta editorial, con sede en la capital de L´Horta Sud, viene editando las obras ganadoras de poesía y narrativa del prestigioso premio Benvingut Oliver Vila de Catarroja, dando a conocer obras de calidad de notables poetas del ámbito lingüístico valenciano-catalán, como Ramon Ramon, que con este poemario da una vuelta de tuerca a su estilo y se arriesga con una obra en rima, algo poco común en la actualidad pero que el autor sabe resolver de forma magistral, dotando al libro de una gran unidad y armonía.

Una armonía de la que se hace eco el propio título, que nos invita a una “composición musical” donde se orquesta una acerbada crítica a la sociedad, enferma de hipocresía. Forma tradicional y fondo social se combinan para dar a la imprenta un poemario que se organiza como un continuo, sin división interna en partes, constituido por sesenta y nueve poemas sin título que siguen un mismo esquema métrico: dos cuartetos de versos endecasílabos con rima consonante ABBA.

Ramon Ramon aborda temas tan peliagudos como la religión y las drogas, la política y los intereses económicos del capital, y advierte que entre la venganza y la esperanza se tiende la duda, que determina el estado catatónico que domina a la sociedad actual.

El primer poema es paradigmático del tono satírico que guiará todo el discurso:

Feliç és Déu, que és mort al paradís,
que no és prenyat, ni violen la filla,
ni es droga mai, ni espera a la cruïlla
com l´embrió d´un úter malaltís.

L´Àngel rebel, que ho veu tot des d´un pis
al gratacel més ruïnós de l´illa,
apaga el llums i el televisor brilla
com un llampec que s´engoleix l´abís.

Dotado de un ingenioso humor negro, Ramon Ramon no duda en lanzar sus quejas contra las instituciones, que anestesian o encantan a la juventud con promesas vacías: “Premseu raïm per drogar la revolta”; “capta els xiquets: como d´Hamelín a ulls clucs/ van rere el so d´una flauta amb demència”. El autor hace un vehemente recuento de los males que nos acucian y nos abocan a la derrota.

El libro se cierra con “Una nota” de agradecimientos a dos escritores de Catarroja, a Pasqual Alapont por sus percepciones con la pronunciación, y a Ramon Guillem por no dudar en publicar el poemario.

Ramon Ramon demuestra ser uno de los poetas más dotados en la nostra llengua y conforma junto a otros poetas de Catarroja, como Ramon Guillem, Enric Monforte y Berna Blanch, un grupo que hace del municipio una ciudad para la Poesía.
 
 
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez
 
 
 



sábado, 3 de diciembre de 2016

METÁFORA (2016)

 
 


METÁFORA (2016) (FESTIVAL DE POESÍA EN NAVARRA)
 Carmen Beltrán Falces, Hasier Larretxea e Itziar Mínguez Arnáiz
 Prólogo y edición: Inaxio Goldaracena
 Ediciones del 4 de agosto, 2016
 
 
El poeta navarro Inaxio Goldaracena prologa y edita METÁFORA (2016), un pequeño volumen que en forma de cuaderno y a modo de antología recoge una interesante muestra de la obra poética de tres autores: Carmen Beltrán Falces (Logroño, 1981), Hasier Larretxea (Arraioz, 1982) e Itziar Mínguez Arnáiz (Barakaldo, 1972), protagonistas del primer Festival de Poesía en Navarra METÁFORA, impulsado y dirigido por el autor de Anestesia y que tuvo lugar en la Casa de Cultura de Villava, durante los días 8, 9 y 10 del pasado mes de noviembre.

El volumen, que publica Ediciones del 4 de agosto, en el número 190 de su colección Planeta Clandestino, se inicia con unas “Instrucciones para descorchar un sueño”, donde Inaxio Goldaracena consigue hacer realidad un sueño colectivo llamado METÁFORA “con vocación de perpetuidad”. Dice Inaxio, y dice bien, en este breve y lúcido prólogo, que la poesía “es victoria frente al olvido, honestidad y conciencia”. Eso es precisamente lo que recoge este volumen, donde podemos disfrutar de una parte significativa de la obra de los tres autores antologados, tanto publicada como inédita, que lo hace muy atractivo, tres poetas que tienen mucho que decir, tres poetas con un estilo propio.

Enhorabuena a Inaxio Goldaracena por esta iniciativa que pretende llevar a Navarra a grandes poetas en castellano y euskera para acercar la poesía al pueblo.
 
 

 
 
Gregorio Muelas Bermúdez