José Luis Morante es uno de los mayores cultivadores del aforismo en nuestra lengua, el decir breve y luminoso que caracteriza al género encuentra en el escritor abulense un tono particular que se expresa en los diversos títulos que jalonan y avalan su obra, no solo como creador, en Mejores días (De la Luna Libros, 2009), Motivos personales (La Isla de Siltolá, 2015), y ahora con Planos cortos (Trea, 2021), sino también como responsable de la edición crítica de Aforismos e ideas líricas de Juan Ramón Jiménez (La Isla de Siltolá, 2018), y antólogo en 11 Aforistas a contrapié (Ediciones Liliputienses, 2020).
Como
podemos observar el aforismo constituye una parte fundamental de la
obra literaria del escritor afincado en Rivas Vaciamadrid, una obra
reconocida con prestigiosos premios, como el Luis Cernuda por Causas
y efectos,
el San Juan de la Cruz por Largo
recorrido y
el Hermanos Argensola
por
La noche en
blanco.
Una amplia obra en la que destaca,
además de su faceta lírica, de la que dan buena cuenta las
antologías Mapa de
ruta (Maillot
Amarillo, 2010), Pulsaciones
(Takara, 2017) y Ahora
que es tarde (La
Garúa, 2020), su trabajo crítico, con sus ediciones para la
prestigiosa colección Letras Hispánicas de Ediciones Cátedra:
Arquitecturas de la
memoria (2006),
sobre Joan Margarit;
Ropa de calle (2011,
ampliada en 2017), sobre Luis García Montero; e
Hilo de oro (2014),
sobre Eloy Sánchez Rosillo.
José
Luis Morante nos ofrece ahora una nueva entrega aforística y lo hace
de la mano de una de las editoriales señeras del género, Ediciones
Trea, y con un rótulo harto significativo, Planos
cortos, que remite
tanto a la brevedad como al motivo principal que los impulsa y reúne:
el cine, “oficio de la luz”, como lo define el autor en el
aforismo que inaugura el libro, o “poesía en los ojos”, como lo
describirá al final.
El
libro se presenta con un sugerente motivo de cubierta, debido a
Fernando Menéndez y Mila García, y un preciso prólogo firmado por
Juan Varo Zafra, que ya desde el principio señala el asunto del
libro: "El modo complejo en que ese mundo se relaciona con el
nuestro común". En efecto, cine y vida, vida y cine, son los
ejes sobre los que se vertebra un discurso inteligente, no exento de
cierto grado de melancolía, que hará las delicias de los amantes
del arte de las palabras y el de las imágenes en movimiento.
En
Planos cortos
tienen cabida frases de diverso calado y variada intención, desde
los que rozan el discurso filosófico, con guiños a Platón, Hegel,
Schopenhauer, Newton o Kierkegaard, hasta aquellos en los que autor
manifiesta un inteligente sentido del humor que empleando la ironía
a modo de escalpelo disecciona una realidad en ocasiones
contradictoria. Pero sobre todo abundan los aforismos puramente
cinematográficos, donde Morante demuestra su cinefilia, que se
expresa desde una cierta nostalgia por el cine mudo y que abarca
hasta el cine en 3D. Por el camino cita un largo repertorio de
títulos, desde clásicos, como Star
Wars, Hair
o Blade Runner,
hasta grandes películas contemporáneas, como Thelma
y Louise, La
vida es bella o Mar
adentro.
Pero
José Luis Morante también habla sobre cineastas de la talla de Walt
Disney, Woody Allen, Pedro Almodóvar o Pier Paolo Pasolini. Así,
del creador de la factoría de los sueños dice:
“Por
las animaciones de Walt Disney sobrevuelan, sin juncos ni fango, los
élitros transparentes de las libélulas.”
Del
neurótico neoyorquino dirá:
“La
tacañería de Woody Allen toca el clarinete por no pagar los portes
del piano.”
Y sobre el irrepetible e incomparable cineasta italiano:
“Pier Paolo Pasolini. Cuánto asusta la mirada inquisitorial de la coherencia.”
En el libro también subyace la visión crítica del autor, que en ocasiones adopta el tema principal para cuestionar ciertos aspectos de la realidad cotidiana, veamos algunos ejemplos paradigmáticos:
“Desconfianza en el día del espectador. El evento presiente la diversión en rebaño.”
“Nunca claudica el ojo del censor; ha borrado las rayas de la cebra.”
“La vida social no existiría sin el cine. Somos una incontenible avalancha de actores.”
Además, los aficionados al cine podrán degustar comparaciones y descripciones de lo más ingeniosas, entre las primeras destaca al señalar Hollywood como un territorio onírico, perteneciente a una geografía legendaria, donde también se hallan la Atlántida, Ítaca, Icaria y Utopía; y entre las segundas, cuando dice del Neorrealismo italiano de posguerra: “Las imágenes en blanco y negro atenúan el hedor de la calle. Comida a medio hacer.”
Existencial, en ocasiones transido de nostalgia y siempre lúcido, José Luis Morante nos ofrece, en definitiva, un libro rico en matices, meditativo, comprometido, tal y como describe el autor en este magistral aforismo que remite al título del conjunto:
“El aforismo parte desde la conciencia. Es testigo implicado; la visión de un director que dispersa planos cortos.”
Continuará.
Gregorio Muelas Bermúdez
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