La senda honda
José Manuel Ramón
Devenir, Madrid, 2015
El poeta oriolano afincado en Fuengirola (Málaga),
José Manuel Ramón, publica su primer poemario, La senda honda, en la prestigiosa editorial madrileña Devenir, que
tantos y buenos nombres ha aportado a nuestra lírica contemporánea, un hecho
que no es de extrañar, pues José Manuel Ramón incursionó en la poesía hace casi
treinta años, con la publicación de la plaquette Génesis del amanecer (1988), antes había sido uno de los fundadores,
en 1985, de la mítica revista de creación Empireuma,
llegando a ser codirector de la misma hasta 1991, por el camino fue incluido en
varias antologías y colaborado en publicaciones de ámbito nacional e
internacional. Tras este prometedor periplo se apartó voluntariamente de la
poesía por espacio de veinte años y ahora vuelve a la primera plana con este
poemario escrito, en su mayor parte, en aquella época, por tanto no debe sorprender,
como decía, la apuesta de Devenir por un autor “novel” pero con una amplia
experiencia.
El poemario viene avalado por José Luis Zerón
Huguet, que firma un extenso prólogo desde la amistad, no debemos olvidar que
Zerón fue junto a Ramón uno de los fundadores de la revista literaria Empireuma, nadie mejor que él para dar
cuenta de aquella etapa donde se gestó el poemario que nos ocupa, así Zerón
celebra la vuelta de Ramón a la palestra poética con pie firme y rigor, esta
vez para quedarse por tiempo indefinido.
Las citas de Fernando de Herrera y José Bergamín advierten
al lector del tono del libro, que aborda dos de los grandes temas que preocupan
al hombre: el tiempo y la muerte. El poemario se estructura en tres partes, la
primera, titulada “Declive”, es la más extensa, y en ella el autor expone su
estilo, un discurso que se caracteriza por la ausencia de signos de puntuación,
excepto el punto final de cada poema, y un lenguaje incisivo e intenso que le
permite describir su angustia existencial. En el “Exordio” que inaugura el
libro José Manuel Ramón adelanta la tesis del mismo: “cada sombra anuncia/ una claridad devastadora”. En efecto, a lo
largo de esta primera parte podemos observar un empleo sistemático de términos
que remiten a la dicotomía entre luz y sombra: noche, crepúsculo, tinieblas, destello, fuego; además
el autor se sirve de determinados símbolos para reflexionar sobre el sentido de
la vida, como el sueño y el insomnio, trémulos propileos sobre los que entibar
ese declive al que ineluctablemente estamos abocados.
En la segunda parte, titulada “Soledad consciente”,
José Manuel Ramón toma como “ejemplo” una cita de Altolaguirre para ahondar en
esa sensación inherente a la condición humana, así cada poema es un ejercicio
de introspección, motivado unas veces por el agua, en forma de lluvia, y otras
por “vientos que erosionan los cuerpos”,
pero José Manuel va más allá, su discurso, transido de silencio, desemboca en
el desasosiego, fruto de esa soledad congénita, que el autor plasma con acierto
en esta estrofa:
“¿Quién podría
sentirse
más
solo que uno mismo
si
no dejamos de formular crueles acertijos
si
el único fin posible que hallamos
es
la angustia del vacío el dolor estéril
el
llanto por lo que no ha de ser?”
Su poesía se inspira en la naturaleza para hallar en
ella el significado profundo que alivie los recuerdos, como efímero asidero
contra el dolor de la memoria. Sin duda, la poética de José Manuel Ramón es
personal, intimista, pues va de dentro afuera en un continuo fluir hacia el
vacío que, en definitiva, es la existencia.
La tercera parte, “De regreso”, está constituida por
un único y largo poema, las citas de Mihail Eminescu y Wislawa Szymborska nos
sitúan en el bosque por donde discurre la senda honda de una conciencia crítica
que anhela la luz que se filtra en la espesura, por el camino queda la huella
hundida en la tierra mojada bajo un “sol
de niebla”.
Con un modo de decir particular y un lenguaje culto
y elegante, José Manuel Ramón viaja a las profundidades de su alma para
enjalbegar las sombras que se cierran, he aquí una poesía con vocación de
altura para cantar a “la naturaleza
brumosa/ que somos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario