miércoles, 14 de noviembre de 2018

Los haikus de Gary Snyder

 
 


Ensayo publicado en Oculta Lit
 
 
El haiku precisa el contacto sensorial con la naturaleza, sin esa relación directa con el medio pierde su verdadera esencia y se diluye en el ambiguo concepto de género. Es esta premisa, con su necesaria autenticidad e inherente calma, la que ha seducido a tantos autores occidentales, que han visto en esta forma de componer una manera de escapar del ritmo vertiginoso de las sociedades capitalistas, que imponen una urbanidad a ultranza y la rentabilidad del tiempo destinado al trabajo.

De tanto en tanto aparecen autores que logran evadirse de este modelo tácito para seguir un sendero propio, es el caso del norteamericano Gary Sherman Snyder (San Francisco, 1930). Menos popular que sus compañeros de generación Jack Kerouack (1922-1969) y Allen Ginsberg (1926-1997), el beatnik Snyder es un poeta integral que ha cultivado el haiku desde una singular perspectiva activista del medio ambiente, sobre todo desde que en 1969 volviera a Estados Unidos después de fundar sobre la isla volcánica de Suwanose, en el sur del Japón, un ashram (1) con Nanao Sakaki (1923-2008), tal vez el último poeta itinerante, heredero de una larga tradición que concebía la poesía como una forma de aprendizaje, convivencia y cultivo espiritual. En esta senda el más conocido es, sin duda, Matsuo Bashô, pero no fue el primero, sino quien popularizó el modelo de poeta viajero que llega a su canto de cisne con la muerte de Taneda Santoka, en 1940.

Gary Snyder fue introducido al haiku por Kenneth Rexroth, y a su vez lo introdujeron a Jack Kerouac y Allen Ginsberg. Su obra principal fue como traductor, sobre todo de los chinos, y destaca como poeta con un gran sentimiento para ambientes naturales, llegando a ganar el célebre Premio Pulitzer en 1975 por su obra La isla de la tortuga (Turtle Island). El haiku ha sido una parte menor de su obra total, sin embargo, ganó el prestigioso Gran Premio Internacional de Haiku Masaoka Shiki (2) en 2004, en Matsuyama, por su contribución al haiku, y muchas de sus colecciones contienen haikus o poemas influenciados por el haiku.

El aspecto más sobresaliente de la trayectoria vital y creativa de Snyder, al que Lawrence Ferlinghetti se ha referido como “el Thoreau de la Generación Beat”, es, sin duda, su estrecha relación con la naturaleza, que se remonta a su infancia pues se crió en una granja de Lake City, en el estado de Washington. Aquí tomó conciencia de la importancia del medio y unos años más tarde se aficionó al alpinismo, llegando a ascender solo al monte Santa Helena, conocida cima de la Cascade Range. No es de extrañar que emprendiera estudios de Antropología, licenciándose en 1951, también en Literatura. En esta época comienza su andadura viajera, llegando hasta Sudamérica, y empieza a trabajar en los grandes bosques de montaña de Estados Unidos.

En 1962 realizaría un viaje iniciático a la India en compañía de los poetas beat Allen Ginsberg y Peter Orlovsky (1933-2010), donde conocieron al Dálai Lama, Tenzin Gyatso. Pero su viaje más inflexivo sería, sin duda, el que habría de llevarlo en 1956 al país del sol naciente, allí descubriría el budismo zen y viviría durante ocho años en monasterios de la escuela Rinzai (3). Esta sería una experiencia que influiría notablemente en su poesía posterior, siempre atenta a la indisoluble unidad esencial del todo. No obstante, durante estos años intervendría en los momentos cruciales de la contracultura, desde el San Francisco Renaissance a principios de los cincuenta hasta el nacimiento del movimiento hippie a finales de los sesenta, siendo una figura tangencial de la Beat Generation.

Como sus compañeros de generación Snyder se dejó seducir muy pronto por la literatura oriental, traduciendo un gran número de poetas clásicos chinos, donde destacan sus versiones de Han Shan, poeta de la dinastía Tang (618-907), y autores modernos japoneses. En consonancia, la poesía de Gary Snyder destaca por su absoluta coherencia y es fruto de numerosas interconexiones, desde el citado budismo hasta el primitivismo de las culturas amerindias -el joven Gary trató con los indios Salish del noroeste norteamericano-, y con el tiempo fue definiendo una forma de pensar y actuar que se ha dado en llamar mística o práctica de lo salvaje. El trabajo de Gary Snyder puede resumirse en sus propias palabras: “Como poeta contengo los valores más arcaicos de la tierra. Se remontan al paleolítico superior: la fertilidad del suelo, la magia de los animales, el poder-visión en la soledad, las terribles iniciaciones y renacimientos, el amor y el éxtasis de la danza, el trabajo común de la tribu.”

Asentado en una comunidad rural, en Sierra Nevada, California, desarrollará una obra caracterizada por una decidida búsqueda de la autenticidad a través de una relación profunda con la ecología, de ahí su crítica furibunda contra los sistemas políticos, económicos, sociales y religiosos que abocan al hombre y el todo con el que gira a la ruina espiritual.

Esta peculiar visión quedará plasmada en sus escritos, en particular en aquellos próximos al universo del haiku. Su amistad con Kenneth Rexroth (1905-1982), considerado como el verdadero introductor de la estrofa japonesa en Estados Unidos, será decisiva. De hecho Rexroth fue traductor de haijines del período 1650-1900, como Bashô, Kikaku, Issa y Shiki. Así tradujo el célebre haiku de Matsuo Bashô:

An old pond -
The sound
Of a diving frog. (4)

Este magisterio será fundamental en el desarrollo de la obra orientalizada de Snyder. Como se puede apreciar, el estilo de vida, la forma de pensar y actuar del autor, estará en consonancia con la actitud necesaria para la práctica del haiku.

A continuación pasaremos a traducir y analizar algunos de sus “Hitch Haiku” (1965), que pasarán a formar parte de su libro The Back Country (1967).

They didn´t hire him
so he ate his lunch alone:
the noon whistle

No lo contrataron
por lo que tomó su almuerzo solo:
el silbato del mediodía (5)

En esta composición podemos observar al menos tres niveles de lectura, por una parte alberga un marcado tono social que entronca con el aumento del desempleo en Estados Unidos en la década de los sesenta. Por otro lado, remite a la soledad, tema recurrente en el haiku clásico japonés pero enmarcado en un contexto fabril que denota ese silbato que anuncia la llegada del mediodía, que finalmente introduce un elemento natural.

Veamos este otro:

Steering into the sun
glittering jewel-road
shattered obsidian

En dirección al sol
resplandece el camino enjoyado
de obsidiana hecha añicos (6)

Aquí Snyder recurre a la paremia para advertir al lector de la futilidad de los bienes terrenales, emplea para ello dos elementos recurrentes en la tradición nipona como son el sol y el camino pero les otorga un significado distinto relacionado con el sueño americano (American Dream).

He aquí otro ejemplo significativo, nótese la forma en dos “moras” con una abrupta cesura entre ambas:

Moonlight on the burned-out temple--
wooden horse shit.

Luz de luna sobre el templo quemado--
mierda de caballo de madera. (7)

En esta ocasión Gary Snyder emplea su vertiente más irónica, así sobre un elemento sagrado como es el templo, la luna ilumina los restos quemados que el poeta compara con los excrementos de un caballo de madera.

En estos tres ejemplos podemos observar el peculiar tratamiento con que Gary Snyder adopta la estrofa japonesa y la adapta a su contexto y a sus propias circunstancias. Próximo al espíritu que anima al haiku japonés, Snyder varia su fondo conservando la brevedad de su forma. Una sofisticada imperfección que compartirá con otros integrantes de la Beat Generation.

En su más reciente libro de poesía, Danger on Peaks (2005), también alberga haikus. Así en la sección denominada “Glacier Ghosts”, podemos encontrar formas semejantes a la tanka y unas composiciones que podríamos denominar haiku, veamos algunos ejemplos:

Clumsy at first
my legs, feet, and eye learn again to leap
skip through the jumbled rocks

Torpe al principio
mis piernas, pies y ojo aprenden otra vez a saltar
a través de rocas desordenadas (8)

Y en “Summer of 97”:

Oak and Pine looking on
Old Kitkitdizze house now
Has another wing-

El roble y el pino miran a
la vieja casa de Kitkitdizze que ahora
tiene otra ala- (9)

Otros ejemplos de haiku los podermos hallar en “Cool Clay”, “Catching grasshoppers for bait” y “Warm nights”.

Al igual que en muchos haikus japoneses modernos, Gary Snyder no introduce el kigo, palabra estacional, y a diferencia del haiku practicado en Europa no cuenta las sílabas. Los haikus del poeta norteamericano son fruto de la pura observación y tal vez por ello nos resultan tan genuinos.
 



(1) Lugar de meditación hinduista donde los alumnos conviven con los maestros.

(2) El Premio Internacional de Haiku Masaoka Shiki es otorgado desde el año 2000 a personas que han hecho la contribución más notable al desarrollo y sensibilización de la creatividad del haiku, sin importat su nacionalidad o lengua. Otros ganadores han sido el francés Yves Bonnefoy (2000), el norteamericano Cor Van den Heuvel (2002) y el japonés Kaneko Tohta (2008).

(3) Fundada en el siglo XII por Myôan Eisai, es una de las tres escuelas del budismo zen existentes en Japón.

(4) 100 Poems from the Japanese (1955)

(5) Traducción propia.
(6) Traducción propia.
(7) Traducción propia.
(8) Traducción propia.
(9) Traducción propia.
 
 
Gregorio Muelas Bermúdez
 

 
 




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