Ensayo publicado en Oculta Lit
El
haiku precisa el contacto sensorial con la naturaleza, sin esa
relación directa con el medio pierde su verdadera esencia y se
diluye en el ambiguo concepto de género. Es esta premisa, con su
necesaria autenticidad e inherente calma, la que ha seducido a tantos
autores occidentales, que han visto en esta forma de componer una
manera de escapar del ritmo vertiginoso de las sociedades
capitalistas, que imponen una urbanidad a ultranza y la rentabilidad
del tiempo destinado al trabajo.
De
tanto en tanto aparecen autores que logran evadirse de este modelo
tácito para seguir un sendero propio, es el caso del norteamericano
Gary
Sherman
Snyder (San
Francisco, 1930). Menos popular que sus compañeros de generación
Jack Kerouack (1922-1969) y Allen Ginsberg (1926-1997), el beatnik
Snyder
es un poeta integral que ha cultivado el haiku desde una singular
perspectiva activista del medio ambiente, sobre todo desde que en
1969 volviera a Estados Unidos después de fundar sobre la isla
volcánica de Suwanose, en el sur del Japón, un ashram
(1)
con Nanao Sakaki (1923-2008), tal vez el último poeta itinerante,
heredero de una larga tradición que concebía la poesía como una
forma de aprendizaje, convivencia y cultivo espiritual. En esta senda
el más conocido es, sin duda, Matsuo Bashô, pero no fue el primero,
sino quien popularizó el modelo de poeta viajero que llega a su
canto de cisne con la muerte de Taneda Santoka, en 1940.
Gary
Snyder fue introducido al haiku por Kenneth Rexroth, y a su vez lo
introdujeron a Jack Kerouac y Allen Ginsberg. Su obra principal fue
como traductor, sobre todo de los chinos, y destaca como poeta con un
gran sentimiento para ambientes naturales, llegando a ganar el
célebre Premio Pulitzer en 1975 por su obra La
isla de la tortuga
(Turtle Island).
El haiku ha sido una parte menor de su obra total, sin embargo, ganó
el prestigioso Gran Premio Internacional de Haiku Masaoka Shiki (2)
en 2004, en Matsuyama, por su contribución al haiku, y muchas de sus
colecciones contienen haikus o poemas influenciados por el haiku.
El
aspecto más sobresaliente de la trayectoria vital y creativa de
Snyder, al que Lawrence Ferlinghetti se ha referido como “el
Thoreau de la Generación Beat”, es, sin duda, su estrecha relación
con la naturaleza, que se remonta a su infancia pues se crió en una
granja de Lake City, en el estado de Washington. Aquí tomó
conciencia de la importancia del medio y unos años más tarde se
aficionó al alpinismo, llegando a ascender solo al monte Santa
Helena, conocida cima de la Cascade Range. No es de extrañar que
emprendiera estudios de Antropología, licenciándose en 1951,
también en Literatura. En esta época comienza su andadura viajera,
llegando hasta Sudamérica, y empieza a trabajar en los grandes
bosques de montaña de Estados Unidos.
En
1962 realizaría un viaje iniciático a la India en compañía de los
poetas beat Allen Ginsberg y Peter Orlovsky (1933-2010), donde
conocieron al Dálai Lama, Tenzin Gyatso. Pero su viaje más
inflexivo sería, sin duda, el que habría de llevarlo en 1956 al
país del sol naciente, allí descubriría el budismo zen y viviría
durante ocho años en monasterios de la escuela Rinzai (3). Esta
sería una experiencia que influiría notablemente en su poesía
posterior, siempre atenta a la indisoluble unidad esencial del todo.
No obstante, durante estos años intervendría en los momentos
cruciales de la contracultura, desde el San
Francisco Renaissance
a principios de los cincuenta hasta el nacimiento del movimiento
hippie
a finales de los sesenta, siendo una figura tangencial de la Beat
Generation.
Como
sus compañeros de generación Snyder se dejó seducir muy pronto por
la literatura oriental, traduciendo un gran número de poetas
clásicos chinos, donde destacan sus versiones de Han Shan, poeta de
la dinastía Tang (618-907), y autores modernos japoneses. En
consonancia, la poesía de Gary Snyder destaca por su absoluta
coherencia y es fruto de numerosas interconexiones, desde el citado
budismo hasta el primitivismo de las culturas amerindias -el joven
Gary trató con los indios Salish del noroeste norteamericano-, y con
el tiempo fue definiendo una forma de pensar y actuar que se ha dado
en llamar mística o práctica de lo salvaje. El trabajo de Gary
Snyder puede resumirse en sus propias palabras: “Como poeta
contengo los valores más arcaicos de la tierra. Se remontan al
paleolítico superior: la fertilidad del suelo, la magia de los
animales, el poder-visión en la soledad, las terribles iniciaciones
y renacimientos, el amor y el éxtasis de la danza, el trabajo común
de la tribu.”
Asentado
en una comunidad rural, en Sierra Nevada, California, desarrollará
una obra caracterizada por una decidida búsqueda de la autenticidad
a través de una relación profunda con la ecología, de ahí su
crítica furibunda contra los sistemas políticos, económicos,
sociales y religiosos que abocan al hombre y el todo con el que gira
a la ruina espiritual.
Esta
peculiar visión quedará plasmada en sus escritos, en particular en
aquellos próximos al universo del haiku. Su amistad con Kenneth
Rexroth
(1905-1982), considerado como el verdadero introductor de la estrofa
japonesa en Estados Unidos, será decisiva. De hecho Rexroth fue
traductor de haijines del período 1650-1900, como Bashô, Kikaku,
Issa y Shiki. Así tradujo el célebre haiku de Matsuo Bashô:
An
old pond -
The
sound
Of
a diving frog. (4)
Este
magisterio será fundamental en el desarrollo de la obra
orientalizada de Snyder. Como se puede apreciar, el estilo de vida,
la forma de pensar y actuar del autor, estará en consonancia con la
actitud necesaria para la práctica del haiku.
A
continuación pasaremos a traducir y analizar algunos de sus “Hitch
Haiku” (1965), que pasarán a formar parte de su libro The
Back Country (1967).
They
didn´t hire him
so
he ate his lunch alone:
the
noon whistle
No
lo contrataron
por
lo que tomó su almuerzo solo:
el
silbato del mediodía (5)
En
esta composición podemos observar al menos tres niveles de lectura,
por una parte alberga un marcado tono social que entronca con el
aumento del desempleo en Estados Unidos en la década de los sesenta.
Por otro lado, remite a la soledad, tema recurrente en el haiku
clásico japonés pero enmarcado en un contexto fabril que denota ese
silbato que anuncia la llegada del mediodía, que finalmente
introduce un elemento natural.
Veamos
este otro:
Steering
into the sun
glittering
jewel-road
shattered
obsidian
En
dirección al sol
resplandece
el camino enjoyado
de
obsidiana hecha añicos (6)
Aquí
Snyder recurre a la paremia para advertir al lector de la futilidad
de los bienes terrenales, emplea para ello dos elementos recurrentes
en la tradición nipona como son el sol y el camino pero les otorga
un significado distinto relacionado con el sueño americano (American
Dream).
He
aquí otro ejemplo significativo, nótese la forma en dos “moras”
con una abrupta cesura entre ambas:
Moonlight
on the burned-out temple--
wooden
horse shit.
Luz
de luna sobre el templo quemado--
mierda
de caballo de madera. (7)
En
esta ocasión Gary Snyder emplea su vertiente más irónica, así
sobre un elemento sagrado como es el templo, la luna ilumina los
restos quemados que el poeta compara con los excrementos de un
caballo de madera.
En
estos tres ejemplos podemos observar el peculiar tratamiento con que
Gary Snyder adopta la estrofa japonesa y la adapta a su contexto y a
sus propias circunstancias. Próximo al espíritu que anima al haiku
japonés, Snyder varia su fondo conservando la brevedad de su forma.
Una sofisticada imperfección que compartirá con otros integrantes
de la Beat
Generation.
En
su más reciente libro de poesía, Danger
on Peaks (2005),
también alberga haikus. Así en la sección denominada “Glacier
Ghosts”, podemos encontrar formas semejantes a la tanka y unas
composiciones que podríamos denominar haiku, veamos algunos
ejemplos:
Clumsy
at first
my
legs, feet, and eye learn again to leap
skip
through the jumbled rocks
Torpe
al principio
mis
piernas, pies y ojo aprenden otra vez a saltar
a
través de rocas desordenadas (8)
Y
en “Summer of 97”:
Oak
and Pine looking on
Old
Kitkitdizze house now
Has
another wing-
El
roble y el pino miran a
la
vieja casa de Kitkitdizze que ahora
Otros
ejemplos de haiku los podermos hallar en “Cool Clay”, “Catching
grasshoppers for bait” y “Warm nights”.
Al
igual que en muchos haikus japoneses modernos, Gary Snyder no
introduce el kigo, palabra estacional, y a diferencia del haiku
practicado en Europa no cuenta las sílabas. Los haikus del poeta
norteamericano son fruto de la pura observación y tal vez por ello
nos resultan tan genuinos.
(1)
Lugar de meditación hinduista donde los alumnos conviven con los
maestros.
(2)
El Premio Internacional de Haiku Masaoka Shiki es otorgado desde el
año 2000 a personas que han hecho la contribución más notable al
desarrollo y sensibilización de la creatividad del haiku, sin
importat su nacionalidad o lengua. Otros ganadores han sido el
francés Yves Bonnefoy (2000), el norteamericano Cor Van den Heuvel
(2002) y el japonés Kaneko Tohta (2008).
(3)
Fundada en el siglo XII por Myôan Eisai, es una de las tres escuelas
del budismo zen existentes en Japón.
(4)
100 Poems from
the Japanese
(1955)
(5)
Traducción propia.
(6)
Traducción propia.
(7)
Traducción propia.
(8)
Traducción propia.
(9)
Traducción propia.
Gregorio
Muelas Bermúdez
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