Cuentos tristes que esperan las chicas antes de salir a bailar / Vacaciones de invierno
Ana Carolina Quiñonez Salpietro
Ediciones Liliputienses, 2018
Ediciones
Liliputienses publica el undécimo número de la Colección de poesía
de la Fundación Obra Pía de los Pizarro, Cuentos
tristes que esperan las chicas antes de salir a bailar
seguido de Vacaciones
de invierno,
dos cuadernos líricos de Ana
Carolina Quiñonez Salpietro
(Lima, 1988).
Resulta
impagable la extraordinaria labor que José María Cumbreño viene
realizando a favor de la joven poesía hispanoamericana, dando a
conocer en España a poetas con trayectoria en sus países de origen,
es el caso de la poeta limeña con la edición conjunta de sus dos
primeros poemarios en este volumen de impecable factura con una más
que sugerente cubierta que ilustra la realidad y su doble, difuso
espejo de agua.
Los
versos de Ana Carolina Quiñonez Salpietro son escuálidos en el
mejor sentido de la palabra pues retienen lo esencial de un devenir
adolescente y violento, con chicos malos e ídolos de rock en noches
que golpean. “Desastres naturales”, “Mudanzas” y “El chico
de los audífonos” son los tres actos de una vida al límite, sin
salida, que se expresa libremente, sin apenas signos ortográficos.
Así Cuentos
tristes que esperan las chicas antes de salir a bailar
se erige en un puñado de moralejas en forma de poemas que destilan
pequeñas sobredosis de incipiente melancolía.
De
irónico título, el segundo cuaderno también se estructura en tres
apartados: “Lecciones de nado”, “Otros lugares” y “Vacaciones
de invierno”, que rotula el conjunto, precedidos por una cita
crepuscular de Sandor Marai. De nuevo la poeta peruana se asoma al
vacío existencial para contarnos con voz clara y amarga “promesas
que no podré cumplir” en quince recuerdos, quince secuencias como
ritos de paso suspendidos en la memoria de “la primera vez”,
quince poemas secretos donde la infancia se despide como peces
asustados, como “la herencia / la casa / las cajas de la mudanza”
de otro tiempo fijado en lunas de papel.
En
definitiva, Ana Carolina Quiñonez Salpietro ha sabido crear una voz
suya, segura pues la deja caer sin paracaídas sobre la página en
blanco para tocarnos muy hondo, y lo hace con una mirada
aparentemente sencilla, casi realista, como sencillas y reales son
las cosas que de verdad importan a todos.
Gregorio
Muelas Bermúdez
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