Tópo
David Trashumante
Amargord Ediciones, 2016
Tópo
es
el
sugestivo
título con el que David Trashumante publica su quinto poemario y lo
hace en el número 30 de la emblemática colección Transatlántica/
Portbou de Amargord Ediciones, que dirige Edmundo Garrido. Tras la
notoriedad alcanzada con El
amor de los peces
(Unaria Ediciones, 2014) y A
Viva Muerte
(Baile del Sol, 2015), el poeta logroñés afincado en Valencia sube
un peldaño en la ascendente carrera de fondo que viene desarrollando
con total entrega desde 2006 Parole,
parole y otras palabras,
y que destaca en el panorama actual como una de las voces más
versátiles y comprometidas por su po-ética y su peculiar y
apasionado modo de comunicarla.
El
volumen cuenta con un interesante comentario de contraportada que
firma Bartolomé Ferrando y que nos introduce en la complejidad de un
libro que supone un reto apasionante para el lector ávido de nuevas
aventuras poéticas. El texto de Ferrando apunta las múltiples
lecturas que la obra nos ofrece como una encrucijada de caminos donde
lo verdaderamente importante es caminar.
David
Trashumante dedica el poemario a su fraternal amigo Eddie J.
Bermúdez, compañero de Poetiks, y lo abre con doce citas de poetas
que le han influido positivamente, es el caso de Raúl Zurita,
Dionisio Cañas, Jorge Riechman, Chantal Maillard, Antonio Méndez
Rubio y Arturo Borra, poetas afines en la (de)construcción y
(re)construcción del discurso poético para hallar una nueva forma
de expresión que se sitúa en los márgenes y que pone el acento en
las inquietudes del hombre contemporáneo. Una poesía de tintes
sociales repleta de imágenes deslumbrantes, próximas al
surrealismo, que se hace eco de los problemas y preocupaciones del
individuo como sujeto activo y librepensante.
David
Trashumante consigue dar un paso más allá al dislocar la lógica
del discurso en un ejercicio de estilo que experimenta con los
límites del lenguaje para tratar de suspender el sentido de un
sistema que nos enajena. Así el poeta nos presenta un discurso
entrecortado donde el silencio, expresado en el blanco de la página,
se constituye en otro lenguaje, que se hilvana con la palabra como
expresión de la sensibilidad y la necesidad del poeta de decir o
callar, para ello no duda en recurrir a toda una batería de signos
que dan forma a una manera particular de poetizar el mundo y sus
circunstancias con una clara vocación crítica, en consonancia con
el activismo poético del que hace gala su autor, hasta el punto de
convertirse en el rostro más visible del movimiento que aúna
lírica y performance.
Paréntesis,
corchetes, barras, puntos suspensivos, guiones, subrayados, puntos
taquigráficos, braille, inserción de versos en inglés, números,
notas a principio de página. Trashumante se sirve de todo tipo de
signos ortográficos y visuales para deshacer o rehacer el discurso,
que por otra parte se presenta vehemente, vivaz, que agita y que se
sitúa en primera línea de la vanguardia con una audacia y
sinceridad dignas de encomio.
El
poemario se presenta sin una estructura externa que organice el
conjunto, se trata más bien de un continuum
donde el poeta se expresa sin tapujos, con entera libertad, y emplea
para ello recursos como la aliteración y la repetición, que le
permiten comunicar con contundencia un mensaje cargado de
intertextualidad.
Los
versos de David Trashumante se constituyen en un poema río que se
nutre de múltiples afluentes, adoptando una forma minimalista que en
ocasiones se torna muda, y que apela a la complicidad del lector para
rellenar los huecos que el silencio genera, un silencio que aquí se
constituye en un segundo lenguaje que paradójicamente, y en
consecuencia, intensifica y complementa al escrito, al verbal.
En
ocasiones los versos, desmembrados, desgarrados, tienden a adoptar la
forma de aforismo, veamos con detalle algunos ejemplos
significativos:
//
el sonido es blando como el barro//
//
¿y si expresar tan solo fuera exhalar?//
//
así el discurso devora las bocas//
//
el topo excava un nicho para lo dicho//
El
poemario resulta atípico en muchos aspectos, así, por ejemplo, no
viene impreso con la paginación habitual sino que opta por la
numeración de los versos, que incluye los espacios que el autor ha
ido omitiendo voluntariamente, y que desembocan en 1690: año
de de publicación de An Essay Concerning Human Understanding,
de John Locke,
una efeméride que el
autor repite sucesivamente hasta en seis ocasiones para recordarnos
que llevamos
más de 300 años luchando para conseguir hacer carne sus palabras,
y que se erige en verdadera tesis que le permite justificar todo lo
dicho (y lo no dicho) en los 1690 versos precedentes.
En
definitiva, David Trashumante camina alto, sin red, por el alambre de
la conciencia en un poemario consecuente por su contenido y audaz por
su propuesta, que, sin duda, marca un decidido punto de inflexión en
su poética, lejos del mundanal ruido de los cenáculos literarios,
que sale a pie de calle para vociferar sus ideas poéticas.
Gregorio
Muelas Bermúdez
Reseña publicada en el nº 0 / 1 de CRÁTERA Revista de crítica y poesía contemporánea.
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