Raíz olvido
Jesús Cárdenas y Jorge Mejías
Mclein y Parker, 2017
Lo
primero que llama la atención de Raíz
olvido, además de su
sugerente título, sobre el que nos detendremos más adelante, es,
sin duda, su bellísima presentación pues nos encontramos con una
verdadera edición de coleccionista, la editorial, Mclein y Parker,
no ha escatimado en detalles para hacer de este poemario una
exquisitez para los amantes de la lírica y de la pintura pues son
dos los autores que firman el presente libro, el poeta Jesús
Cárdenas (Alcalá de Guadaira, Sevilla, 1973) y el artista Jorge
Mejías (Sevilla, 1967). No es para menos dado que ambos han unido su
talento para regalarnos un libro que, de entrada, es una delicia por
la calidad del papel y lo hermoso del diseño, que hacen de Raíz
olvido un libro
realmente apetecible, que se puede degustar con más de un sentido.
Raíz
olvido es el número 4
de la colección Clemátide de textos ilustrados, y el noveno
poemario de Jesús Cárdenas, un poeta tan prolífico como riguroso,
que desde hace unos años nos viene entregando con regularidad
poemarios de calidad, por citar los más recientes: Mudanzas
de lo azul (2013),
Después de la música
(2014),
Sucesión de lunas
(2015)
y Los refugios que
olvidamos (2016).
Desde
el propio título se ahonda en aquello que rehuye todo artista que se
precie, esa vorágine del tiempo que engulle las cosas y los hechos,
que amenaza a la memoria en nombre de la nada más voraz que
conocemos. En el propósito de huir de esa nada se afanan los autores
ofreciendo lo mejor de sus respectivas trayectorias, con la esperanza
de dejar una honda huella tras su paso a través de un lenguaje tan
simbólico como abstracto, capaz de superar nuestra mera condición
de “sedimento”: «pétalos
/ fieramente voraces que se fugan / una vez que, voraces, se han
velado».
Con
Raíz olvido Jesús
Cárdenas da un paso firme en ese camino ascendente que el poeta
sevillano se ha trazado, confirmando una envidiable madurez creativa.
Se acompaña esta vez del pincel de su paisano Jorge Mejías, que en
este trabajo se expresa con su característico estilo, entre el
vanguardismo y el expresionismo.
El
libro cuenta, además, con una prologuista de excepción, Ana Gorría,
que introduce sabiamente al lector en un libro que nos seduce gracias
a la perfecta simbiosis entre las ilustraciones y los poemas, a la
«trabazón
lírica entre palabras e imágenes»,
entre ambos ponen en marcha una sinfonía de trazos y versos en tres
movimientos o partes, con títulos significativos: “En busca del
instinto”, “Llamaradas en lo metálico” y “Lo confuso, la
tensión”. No sabemos muy bien si los dibujos de Jorge Mejías
ilustran los poemas o los poemas de Jesús Cárdenas dan voz a los
dibujos pues raras veces se alcanza un nivel de afinidad y
compenetración tan brillante como el que podemos disfrutar en Raíz
olvido.
Las
citas iniciales de Francisco Basallote, mentor del autor, José Ángel
Valente y Masaoka Shiki dan paso a una “Advertencia” que es toda
una declaración de intenciones:
No
se sale indemne de aquí.
Todo
lo verdadero tiene un coste.
¿Seguro
que deseas abrir esta puerta?
Puede
que halles tallados nuestros nombres.
Jesús
Cárdenas nos ofrece treinta y ocho poemas de ritmo imparisílabo
donde se suceden imágenes deslumbrantes, algunas, como las raíces y
el río, serán recurrentes a lo largo de todo el poemario por su
marcado simbolismo. En la dicotomía entre el arraigo y la fugacidad
de las aguas fluyentes se mueve el discurso del poeta y la paleta de
Mejías, que conjuga los tonos cálidos, telúricos, como la
«superficie
rojiza»,
con los fríos, acuosos, como «el
azul profundo añil».
Otra imagen elocuente es el espejo, donde todo fluye y donde se
siembra la duda que nos hace efímeros.
Pero
si hay un discurso que prevalece es el existencial, son muchos los
poemas donde Jesús Cárdenas reflexiona sobre lo que somos:
«desnudos
y pequeños»,
buscando un horizonte perdurable en «las
orillas del sueño»
para huir del abismo silencioso, del «vacío
de la vida».
Son numerosos los temas que la pluma del autor apuntala para salvarse
del naufragio, de las «dudas
tormentosas»
que «nos
hacen cuestionarnos lo que somos».
Podemos
argüir que todo el poemario es una lucha eminentemente lírica
contra el tiempo y sus efectos venideros. Mientras llega el ocaso
Raíz olvido
nos propone seguir gozando con el tacto, con la vista y con el
pensamiento.
Gregorio
Muelas Bermúdez
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