miércoles, 20 de febrero de 2019

Los cien mejores poemas de Karmelo C. Iribarren

 
 


Los cien mejores poemas de Karmelo C. Iribarren
Selección y prólogo de José Luis Morante
Ediciones de La Isla de Siltolá, Sevilla, 2018
 
 
José Luis Morante es el antólogo y prologuista de Los cien mejores poemas de Karmelo C. Iribarren, que publica Ediciones de La isla de Siltolá en el número 60 de su colección “Siltolá Poesía”. Un volumen llamativo por el color de la portada y el rótulo “hiperbólico” que la cubre, que denota la madurez expresiva alcanzada por el poeta donostiarra. Karmelo C. Iribarren (1959) es un autor prolífico en los últimos años, que comenzó su andadura poética en 1995 con La condición urbana. Le siguen diez poemarios en los que se asienta un estilo propio que se caracteriza por el empleo de un lenguaje sencillo, casi coloquial, que aborda temas mundanos con admirable ironía y un peculiar desencanto, y que algunos críticos han asociado al realismo sucio, con reminiscencias, en sus comienzos, de Wolfe y Bukowski, a los que supera por su sentido del humor, pero más próximo en lo sentimental al espíritu melancólico y escéptico de Chandler, en quien se inspira para escribir el poema “La foto de Raymond Chandler”, y Raymond Carver, a quien dedica el poema “Sólo es el tiempo”. Su poética podría englobarse más bien en una especie de minimalismo existencial. Karmelo C. Iribarren es un gran observador de las actitudes humanas que se cruzan al paso pero sobre todo es un analista de la experiencia íntima, cotidiana, que hace del poeta un ser normal.

José Luis Morante es es el responsable de esta edición donde con cuidado y esmero ha realizado la selección de estos cien poemas que reúnen lo más granado de veintitres años de producción. Morante es uno de nuestros mejores estudiosos, con ediciones críticas sobre voces fundamentales de nuestra lírica contemporánea: Joan Margarit (Arquitectura de la memoria), Eloy Sánchez Rosillo (Hilo de oro) o Luis García Montero (Ropa de calle), en Letras Hispánicas de Cátedra, pero es, ante todo, un excelente poeta, y es esta condición la que le permite analizar en profundidad su sentido en el extenso prólogo, “Zona de riesgo”, que permite al lector una mejor comprensión de un poeta que observa con atención desde el fondo de la barra del bar o que resume sus sensaciones al concluir el día.

La obra de Iribarren ya había sido objeto de revisión en dos antologías anteriores, a saber: Seguro que esta historia te suena. Poesía completa (1985-2015), publicada en Renacimiento; y Pequeños incidentes (Antología poética), publicada en Visor con prólogo de Luis García Montero.

José Luis Morante realiza un recorrido cronológico por la obra de Iribarren, con excepción del cuaderno inicial Bares y noches (1993), así recoge siete poemas de La condición urbana (1995), ocho de Serie B (1998), ocho de Desde el fondo de la barra (1999), diez de La frontera y otros poemas (2000-2005), doce de Ola de frío (2007), doce de Atravesando la noche (2009), de nueve Otra ciudad otra vida (2011), once de Las luces interiores (2013), cinco de La piel de la vida (2015), siete de Haciendo planes (2016), y doce de Mientras me alejo (2017), títulos todos ellos tan sintomáticos como significativos.

El poema que abre la antología, “Método”, es toda una declaración de intenciones: “Este poema / está escrito de un tirón, / como no deben escribirse / los poemas”, y culmina: “Para no decir nada / cualquier método es bueno”.

El paisaje de la poesía de Karmelo son las calles mojadas, la playa y el mar, del que surge “la isla como un monstruo marino”, de su ciudad natal, espacios de supervivencia por los que camina en solitario entre la gente u observa desde el tren o el autobus, para acabar tocando fondo.

Estación en su trayecto vital, la metaliteratura se cuela entre sus versos, así son frecuentes las alusiones al ejercicio lírico en poemas como “La función de la poesía” o “El poeta menor”, a modo de catarsis personal de una manera de vivir que suena auténtica. Otra de las señas de identidad de la poética de Karmelo es la voluntad de crítica social, un ejemplo paradigmático es el poema “Centro comercial con mendigo”: “en el centro / él / más allá / de la razón, / riéndose / quién sabe si de nuestra indiferencia / como un petacho / en la impoluta / sociedad del bienestar”.

En definitiva, José Luis Morante consigue armar un volumen equilibrado donde nos ofrece una amplia muestra representativa de un autor destinado a permanecer, que tras su aparente sequedad alberga la emoción de un momento único y repetido, tan cotidiano como el gesto del poeta ante el espejo de papel al que se asoma día tras día. Un estilo directo y sincero que se ha ganado un buen puñado de lectores cansados de sempiternos referentes culturales y hermetismo.

 
 
Gregorio Muelas Bermúdez



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