Blending
Hilario Barrero
Cuadernos de humo, Brooklyn, NY, 2017
El
poeta, traductor y diarista toledano afincado en Nueva York, desde
1978, Hilario Barrero (1946) publica en Editorial Cuadernos de humo
su nuevo poemario, Blending,
título que hace referencia a la primera lección que el autor
aprendió en clase de dibujo, la mezcla o fusión: “del rojo al
negro pasando por el verde y otros colores básicos”.
Tras
su celebrada antología en Renacimiento, edición de José Luis
García Martín, Educación nocturna (2017),
Barrero nos presenta un volumen de pequeño formato e impecable
hechura con una sugerente ilustración suya en portada pues Hilario
también es un excelente dibujante, con un estilo propio. Se trata de
la primera entrega de la colección de poesía “Prospectpark” y
el decimoctavo título de los Cuadernos de humo que el autor edita
desde Brooklyn y que desde hace unos años recoge algunas de las
mejores antologías actuales en castellano en la serie “Donde está
el fuego”, que ya va por su octava entrega.
El
libro se compone de cuarenta y dos poemas de ritmo imparisílabo
divididos en cinco partes. La primera, “Noche toledana”, está
integrada por doce breves composiciones de carácter íntimo, doce
instantes de luz (presencia) y de sombra (ausencia) donde Hilario
Barrero evoca su ciudad natal, con “aquellas noches de deseo y
soledad”: “Para cruzar la línea / de la última luz desconocida/
dame la mano, amor, te necesito”.
Una
cita en inglés de Edna St. Vincent Millay introduce la segunda
parte, “Walhalla”, que el autor escribe al hilo de la música de
Richard Wagner, once bellísimas composiciones que remiten a diversos
pasajes del ciclo épico El anillo del Nibelungo,
donde el estilo de Barrero se conjuga con las notas del gran
compositor alemán: “Oxidada la lanza / el dragón derrotado, / el
anillo en el río / y Valhalla una ruina / de amarillo jaramago y
lagartijas verdes”.
La
tercera parte, “Andalucía”, es un sentido homenaje al folclore y
la luz, a la historia y la arquitectura de estas tierras en siete
estampas donde Barrero recrea el puerto de Cádiz, la catedral de
Sevilla, la Córdoba omeya y romana, Granada y “los reinos de taifa
del agua”. Estamos cerca del paraíso de Aleixandre, donde se
proyecta la sombra de Cernuda.
En
“Welcome home” el autor pasa del himno a la elegía para
contarnos seis maneras de estar en una casa “que no es nuestra”:
un hotel en Cartagena, un museo en Murcia, un convento cartujo o “un
festivo parque de provincias” (Parque de la Seda), para acabar “Un
día en Toledo”. Aquí es la oscuridad, la niebla, la que se adueña
de los versos por el temor a olvidar, a que pase el tiempo perdido,
antes de que llegue la noche: “Las manos de un muerto son polvo, /
es ceniza el deseo y los ojos son barro”.
El
poemario concluye con “Desembocadura”, de “los ríos que al
final no van a dar a la mar” porque “recordar sus orillas da
dolor”, he aquí seis poemas brevísimos donde destaca el que da
título a todo el conjunto y figura en la contraportada, y es que
todos los colores acaban fundiéndose en el negro, maravilloso el
paralelismo final que equipara el disparo de un cazador furtivo con
la caída de una flor cortada por un niño.
En
conclusión, Hilario Barrero nos vuelve a ofrecer una bella muestra
de su sensibilidad y capacidad de emoción a través de una poesía
íntima y meditativa que hacen de su estilo uno de los más maduros
de nuestro tiempo.
Gregorio
Muelas Bermúdez
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