Una décima parte de mí
David Acebes Sampedro
PiEdiciones, 2018
Una
décima parte de mí
es el segundo poemario, tras Trópico
azul… (Consejo Local
de la Juventud, 2004), del escritor y activista cultural
vallisoletano David Acebes Sampedro, que desde su relevante
papel en CRÁTERA
Revista de crítica y poesía contemporánea,
como miembro del Comité asesor y coordinador de la sección
“Experimental”, y el Colectivo DARt de Poesía Visual, junto a
los poetas Atilano Sevillano y Rafael Marín, viene realizando una
impagable labor a favor de este tipo de poesía de la que es un
destacado creador. Además, David Acebes es autor del libro de
cuentos infantiles Víctor,
el centauro y otros cuentos para niños con sueño/s
(MAR Editor, 2017), y del conjunto de ensayos La
poesía es cosa de burros
(PiEdiciones, 2018). Como podemos observar, David Acebes es un
escritor inquieto, que articula sus ideas en diversos géneros con
igual maestría.
Publicado
por PiEdiciones (La huella de la palabra), que dirige la asturiana
Puri Sánchez, que aporta en este volumen un interesante comentario
de contraportada, en el libro I de la Colección Parnaso, Una
décima parte de mí
se presenta con un impecable prólogo firmado por Fermín Herrero,
donde el Premio de la Crítica de poesía castellana 2016 realiza un
esmerado recorrido por la historia de la décima o espinela, forma
escogida por David Acebes para componer el libro. Así se congratula
de que un joven como Acebes recoja “el legado formal de la
tradición, máxime en estos tiempos en que parece que los poetas
núbiles y de éxito comercial se fajan en internet, en vertederos y
redes sociales”, un comentario más que pertinente pues destaca la
importancia de asimilar el legado cultural en un período como el
actual que peca de exceso de vanidad y de naderías pueriles que solo
sirven para llenar las arcas de los grandes intereses editoriales.
El
libro se divide en ocho partes, la mayoría precedida por una cita
que el autor glosa inteligentemente, es el caso de “La vida,
conmigo” y Francisco Brines, “Los pecios del azar” y Jorge
Manrique, “El amor hueco”, “La fosa del Tiempo” y “El
espectro de un deseo” con citas de Lope de Vega. En otras la cita
le sirve de inspiración, como la de Clara Janés en “La quietud
que nos rodea”, y la de Jorge Guillén en “El ocaso de lo
simple”. Títulos que denotan un saber bien adquirido en la
profunda lectura de nuestros clásicos, como demuestra la portada de
las nueve musas castellanas con Francisco de Quevedo a la cabeza.
En
su conjunto David Acebes demuestra ser un excelente decimista, veamos
un bello ejemplo de “Parábola del caminante”:
El
paisaje que se exhibe
al
dolor de la mirada,
me
recuerda que la Nada
es
el tiempo que prescribe.
Y
que todo se concibe
cuando
sigues tu camino
cual
eterno peregrino
que
conoce su talante;
una
meta por delante,
y
tus huellas, como sino.
En
definitiva, David Acebes Sampedro nos ofrece una brillante muestra de
su intenso quehacer literario que “engendra amor esperanza” en
una juventud creadora verdaderamente formada, muy lejos de los hueros
estantes de la mercadotecnia.
Gregorio
Muelas Bermúdez
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