The Waste Land / La tierra baldía
T.S. Eliot
Olé Libros, 2020
The Waste Land / La tierra baldía es una de las piezas capitales de la poesía en lengua inglesa del pasado siglo XX, decir esto es una obviedad si recordamos que su autor es el poeta y dramaturgo inglés nacido en Saint Louis, Missouri, Thomas Stearns Eliot, que acostumbraba a firmar sus obras abreviando su nombre y su primer apellido. Por tanto no es el objetivo de este artículo reseñar por entero el clásico del Premio Nobel de Literatura de 1948, sino destacar las excelencias de esta nueva edición a cargo de Olé Libros. El grupo editorial que dirige con encomiable brío Toni Alcolea desde Valencia, se ha convertido en unos años en uno de los sellos independientes con mayor proyección a nivel nacional. Prueba de ello es la nueva edición de esta cumbre lírica, una maravillosa audacia en estos tiempos de incertidumbre económica y social, y lo hace con un gusto exquisito, sin escatimar en material y diseño, en una edición de lujo que hará las delicias de los lectores fieles a este género.
En primer lugar el volumen se presenta con una nueva traducción, realizada ex profeso por Sanz Irles, el escritor valenciano realiza una lectura atenta a la sonoridad del original inglés y acierta al trasladarla a nuestra lengua, yendo un paso más allá, también en la forma, al respetar escrupulosamente su disposición sobre la página. Gracias a esta ingente labor, Sanz Irles ha conseguido permanecer fiel al espíritu de Eliot, he aquí, pues, una traducción en estado puro, lejos de aquellas versiones donde el traductor se suele imponer al autor, en la línea del célebre aserto traduttore, traditore.
Pero hay más, la edición se presenta con otros alicientes, el extenso prólogo de Ernesto Hernández Busto, que con el epígrafe "Un río subterráneo" supone un verdadero estudio preliminar sobre el sentido y significado de la obra maestra de Eliot, con permiso de esa otra cima titulada Cuatro cuartetos; y el bellísimo epílogo de José Antonio Montano, titulado "La crueldad de abril", sobre el impacto de los versos y la fortuna de las traducciones más notables de la obra, desde la primera, realizada por José María Valverde, hasta esta última, que Montano considera a todas luces la mejor.
El contenido se completa con una Nota del traductor, cuyo rótulo, "Un formidable artefacto sonoro", expresa con precisión la motivación de Sanz Irles a la hora de abordar este reto; y las interesantísimas notas de T.S. Eliot a la obra, donde el autor expone las múltiples influencias literarias que jalonan sus versos, desde Ovidio o Safo hasta Baudelaire o Verlaine, pasando por el Eclesiastés o los Upanishads.
Pero no acaban aquí los primores de esta edición, cabe destacar la calidad del papel empleado, de un grueso ahuesado, la tapa dura, con una textura especial, y el diseño sobrio y elegante de la sobrecubierta, a cargo de Kike Correcher. La delicadeza de los detalles también se traslada a su interior: texto original en color tierra y versos numerados, 434 en total, repartidos en las cinco secciones en que se divide el poemario, a saber: "El enterramiento de los muertos", "Una partida de ajedrez", "El sermón del fuego", "Muerte por agua" y "Lo que dijo el trueno".
Enhorabuena a Olé Libros por traernos de nuevo a este clásico imperecedero, que a buen seguro hará más fértil nuestras librerías y menos cruel el mes de abril.
Gregorio Muelas Bermúdez
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