Zoologías
Miguel Ángel Real
Ediciones En Huida, 2019
Miguel
Ángel Real, escritor, traductor y poeta afincado en Quimper, Bretaña
(Francia), donde trabaja desde 1991 como catedrático de español en
el Lycée de Cornouaille, publica su primer poemario, Zoologías,
en la Colección Extravaganza de Ediciones En Huida. Sin embargo, el
vallisoletano no es un autor novel pues viene publicando poemas y
reseñas en prestigiosas revistas, como Crátera,
Letralia, El
coloquio de los perros o
Le Capital des Mots,
además de dirigir la sección bilingüe “Le Piranha
Transocéanique” en la revista mexicana La
Piraña,
donde realiza una impagable labor de traducción, dando a conocer a
una pléyade de autores españoles en su lengua de adopción.
Con
una sugerente ilustración de portada de Emma Real Molina, que parece
representar a uno de los pulpos protagonistas del primer poema, que
no desesperan “hasta que sienten el agua / hirviente de la
cazuela”, se presenta esta sencilla edición que se abre con una
cita en francés de André Breton y Philippe Soupault, que incide en
el carácter animal del hombre industrializado.
El
pequeño volumen está integrado por cuarenta y tres composiciones de
ritmo libre, en su mayoría breves, y sin división interna en
partes, Miguel Ángel Real no necesita seccionar su discurso pues que
este se sucede de forma natural gracias a su unidad temática y un
peculiar estilo desnudo, que palabra sobre palabra se expresa sin
grandes artificios y que parece comulgar con la filosofía lírica
del gran José Hierro, pues como el poeta madrileño opta por
expresarse de forma sencilla pero imbuyendo sus versos de un contexto
metafórico. Un recurso del que se hace eco el título, no podría
rotular mejor su autor el libro, en efecto será la variada fauna
humana la que lata con fuerza en su fondo. El camaleón, las orugas,
las cochinillas, las cigüeñas, los erizos, los zopilotes o los
gusanos serán la excusa perfecta para dilapidar ciertos aspectos
inherentes a la condición humana, y lo hará con una ironía digna
de encomio, veamos un magnífico ejemplo:
Dicen
que el ruido de las termitas
que
devoran con tesón y secreto
las
vigas de una casa abandonada
es
comparable con el que crean las pesadillas
al
frotarse contra las almohadas.
Pero
cualquier cosa
antes
que este silencio.
Pero
la propuesta de Miguel Ángel Real va más allá, así no faltan las
composiciones que por su forma o espíritu nos recuerdan a otras
harto célebres, como el haiku:
Se
alejan los estorninos
de
un árbol torvo
que
no soporta sus filigranas.
O
la greguería:
Lo
que hacemos con las ostras
es
allanamiento de morada.
Pero
fiel a su discurso, Miguel Ángel Real se desvía de la senda trazada
en su día por Matsuo Bashô o Ramón Gómez de la Serna para seguir
la suya propia en una línea crítica que pone en solfa algunos de
los mayores defectos de nuestra especie: la servidumbre, la
hipocresía o la cobardía, todos ellos derivados por el temor
irracional de una mente racional, acostumbrada a doblegar sus
impulsos primarios, frente a la nobleza inmanente de los animales.
Pero
será en aquellos poemas donde el autor reescribe algún pasaje
significativo de su vida donde se dejará sentir su verdadero pulso,
allí donde una anécdota personal es capaz de conectar con la mirada
y el sentir del otro, y es que aquel que trascienda el blanco de la
cubierta para inmersionar en sus páginas emergerá letraherido.
En
conclusión, Miguel Ángel Real nos plantea una interesante diálogo
entre el instinto animal y la razón humana, una suerte de parataxis
que se alimenta de la pura observación y ante todo de una gran
capacidad analítica, que le permite poner el acento en los aspectos
cotidianos de nuestra sensibilidad y que él reproduce de manera
elegante y sincera pues para Miguel Ángel Real la poesía es su
forma de decir la verdad en toda su pureza.
Gregorio
Muelas Bermúdez
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