Carcaj: Vislumbres
Mercedes Roffé
Vaso Roto Ediciones, Madrid, 2014
La
poesía escrita por mujeres de Argentina goza de buena salud en la
actualidad, basta con citar el nombre de algunas autoras de
reconocido valor dentro y fuera de nuestras fronteras, es el caso de
Laura Giordani, Inés Ramón, Natalia Litvinova y la poeta que nos
ocupa, Mercedes Roffé, que ha publicado su más reciente poemario,
Carcaj: Vislumbres,
en Vaso Roto Ediciones, con el primor al que nos tiene acostumbrados
la editorial madrileña con sede en México.
La
andadura literaria de Mercedes Roffé es larga y fructífera, pues
desde que se inició en los años setenta se ha consagrado al
estudio, traducción y edición de poesía en su sello Ediciones Pen
Press. Su obra poética se ha incluido en antologías de poesía
argentina y latinoamericana, y se ha reeditado en editoriales de
prestigio, como Amargord y la propia Vaso Roto, es el caso de Canto
errante (2002 y 2011),
Memorial de agravios
(2002 y 2011) y La
ópera fantasma (2005
y 2012).
En
Carcaj: Vislumbres,
sugerente título que viene ilustrado por un no menos sugerente
dibujo de cubierta de Víctor Ramírez, demuestra poseer una
escritura madura que le permite trasminar la propia experiencia para
llegar a ese otro sensible que se materializa en el lector activo.
Mercedes Roffé carga el carcaj de su acervo con palabras afiladas
como flechas para nombrar lo innombrable y ahuyentar el silencio. En
la opacidad entre lo real y lo irreal se desarrolla un poemario rico
en símbolos, con un lenguaje deslumbrante que incide en aspectos
existenciales.
Dividido
en dos partes, sin epígrafes, el libro se compone de cincuenta
poemas con una forma unitaria que se caracteriza por la práctica
ausencia de signos de puntuación y el verso suelto, en un continuo
encabalgamiento, con el fin de distribuir el mensaje de acuerdo con
su estilo fragmentario, que apela a la complicidad del lector para
completar su verdadero sentido. Dado que la realidad a la que se
enfrenta también es fragmentaria y compleja, la escritura de
Mercedes Roffé se arma de vocablos precisos para estructurar un
lenguaje que hace mella en su nebulosa opacidad con el fin de
concienciar a través de la palabra reveladora.
Mercedes
Roffé se postula como una voz crítica, así su lenguaje deja
espacios para la reflexión, hila significantes y significados con la
firme vocación de hablar cuando nadie habla, de estar ahí cuando
nada queda.
Mercedes
Roffé comienza “en
sueños” su discurso
poético para hablarle “al
soñador/ del sueño”,
y más adelante afirma: “cae/
el equilibrista/ no el soñador”,
para ello extiende un puente de palabras (“de
una sílaba a otra”)
y entona su voz para hablar en nombre de los “humanos” y no de
los “comediantes”. La poesía de Mercedes Roffé invita a una
lectura plural pues en su fondo se intuye una actitud nada
complaciente con el “tiempo
ensangrentado” que
nos toca vivir.
La
poesía de Mercedes Roffé puede parecer abstracta cuando en realidad
reflexiona sobre cosas concretas que nos conciernen a todos, así se
aleja del hermetismo para conectar con la esencia de esas cosas que
conforman al ser humano en cuanto a sujeto que está en el mundo como
en un paisaje sombrío, de ahí que podamos definir este poemario
como cántico a la luz “sobre
el murmurante encaje/ de la noche”.
Gregorio
Muelas Bermúdez
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